La dura realidad ante una alerta de tsunami en Huasco

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Luego del terremoto y tsunami que afectó el sur de nuestro país hace seis meses, la vida cambió para muchos de nuestros compatriotas. Todo el esfuerzo, sacrificio y trabajo se perdieron, producto de la catástrofe que sacudió el suelo de nuestro país. Luego de sucedido el desastre, el Gobierno, los medios de comunicación y la propia comunidad de las zonas afectadas, así como también del resto del país, pusieron un importante tema en la agenda noticiosa: ¿Está realmente preparado nuestro país para un desastre de la naturaleza? ¿Está Atacama y nuestra provincia del Huasco en condiciones de poder aguantar un embate de la tierra y el mar? ¿Contamos con los equipos, el personal, los técnicos, las herramientas básicas para soportar alguna catástrofe, si ni siquiera tenemos un cuerpo de bomberos (en Vallenar) que cuente con su equipamiento básico?. Hasta el momento, la respuesta es no.

“El día 27 de febrero a las 03:34 hrs. se produce un terremoto de grado 8,8 medido en la escala de Richter, en la zona centro sur del país. Sólo seis minutos más tarde se conocía el epicentro (a unos 90 kilómetros al noroeste de la ciudad de Concepción, es decir en el Océano Pacífico), sin embargo el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), organismo que tenía a cargo los instrumentos técnicos para evaluar si hay o no un maremoto, no sólo no funcionó, sino que además no dio aviso ni siguió el protocolo existente. El otro organismo de Estado, la ONEMI, la Oficina Nacional de Emergencia, en todo momento indicó que no había maremoto.  Hoy, por voces de los sobrevivientes, sabemos que a las 3:52 se produce la primera ola, de un total de tres. La última ola se produce a las 06:32 hrs. Alrededor de una hora después el subsecretario del Interior descartó la posibilidad de tsunami. Esto pese a que el Centro de Alerta de tsunami del Pacífico (PTWC), de los EE UU, situado en Hawai, ya a las 3:46 se comunicó con el SHOA indicándole: “…

Un terremoto de estas dimensiones tiene el poder de generar un destructivo tsunami que puede golpear las costas cercanas al epicentro. La autoridad debería tomar una acción apropiada en respuesta a esa posibilidad”. Sin embargo, el marino de turno no hablaba inglés. Dos minutos más tarde un científico del PTWC, el doctor Víctor Sardiña, le señala en español al SHOA que dieran información para avisar al resto de los países del Pacífico. Una hora más tarde el mismo científico advierte al SHOA que “las lecturas del nivel del mar indican que un maremoto se generó” y dieron alerta a los países del Pacífico Sur”. Esto es parte de un extenso comentario que realizaron diversos investigadores de la Universidad de Chile, en el blog “Ciencias Sociales Hoy”.

Nuestra región ya ha tenido en tiempos pretéritos, la experiencia de vivir, sobrevivir y experimentar un movimiento telúrico de grandes dimensiones. El evento más cercano ocurrió el 10 de noviembre de 1922, con epicentro en Vallenar. Sus consecuencias fueron fatales. Siete de las más de 500 casas que había en la ciudad, quedaron en pie, las calles, plazas y rincones de nuestra provincia fueron totalmente destruidos. Un tsunami destructivo avanzó por la costa de Atacama, llegando hasta las regiones de Coquimbo y Antofagasta. Hasta la actualidad, Huasco aún sigue sin prepararse para prevenir este tipo de eventos. Diversas han sido las instancias en que tanto el Gobierno Regioal y el municipio han solicitado proyectos de instalación de señaleticas y alarmas, para evitar cualquier desastre ante un caso de terremoto con posterior tsunami. Rodrigo Loyola, alcalde de Huasco señaló que Huasco tiene una cultura sísmica, y que cuentan con un «plan de evacuación que lo manejan los colegios y otras entidades, y que se tiene previsto realizar simulacros». De hecho, en el único hecho de alarma de  tsunami ocurrido en Huasco, se vivió el 11 de marzo, donde la comunidad acudió a las zonas de protección en tan sólo 12 minutos. Un récord para no haber ensayado o practicado anteriormente. Igualmente, el edil del puerto indicó que «en el comité de emergencia se han tratado puntos en donde se plantea instalar una alarma y poner letreros, para avisar la zona de seguridad, que está detrás de la línea férrea, en el sector alto de la ciudad».  A pesar de este hecho, Huasco necesita que se instalen sistemas de alarmas preventivas para tsunami, y más que eso, Atacama necesita un mejor sistema de para predecir riesgos geológicos, ya que sólo contamos con tres estaciones de monitoreo a cargo del servicio sismológico, y  sólo se conocen algunos estudios de la deformación de la zona subducción costera. No existe además una cantidad mínima de sismógrafos, faltan estaciones de monitoreo y estaciones GPS, lo que complica aún más la labor de los científicos en nuestra región.

Volviendo a Huasco, el sistema actual que se tiene para informar sobre posible riesgo de tsunami, es a través de la Armada. El capitán de puerto de Huasco, teniente Sebastián Herrera Basic, informó que “contamos con dos vías de trabajo, una es con relación a los municipios de la jurisdicción (Huasco y Freirina), y la participación en el comité de emergencia, la otra es una red interna, la cual es una medida activa y otra preventiva”.
El proceso de trabajo en caso de alerta de tsunami, de acuerdo  a lo que detalla el capitán de puerto, es que luego de producido un sismo, la Armada recibe la alerta y la información de posible maremoto, por lo que “si tuviéramos tiempo disponible, informamos vía telefónica y vial radial al resto de la jurisdicción, y aprovechando que estoy en la comunidad, lo aviso a viva voz, informando a la municipalidad, para que implemente el comité de emergencia; y también a bomberos, hospital y carabineros”. Herrera señala que en su desplazamiento por la ciudad, debe avisar que en determinado tiempo más se espera un tsunami o una marejada fuerte. “A Carrizal Bajo por el norte y Chañaral de Aceituno por el sur, lo aviso por forma radial o por celular. Si el epicentro llegara a ser Huasco, estamos en la zona de sacrificio y no hay ningún tipo de sistema de alerta que funcione, por lo tanto antes de iniciar cualquier evacuación, a viva voz aviso de inmediato que habrá tsunami y informado a la gente que acuda sobre la línea del tren, sólo considerando que esto fuera zona de epicentro”. Medidas que son las primeras a la hora de ocurrido un desastre, y por supuesto, en el caso de no tener sistema de alarmas.

De acuerdo a informaciones aparecidas en la prensa regional, el año pasado, y  a las proyecciones de la Oficina Nacional de Emergencia regional, antes de que finalizara el 2009, en Atacama debería haber estado operando una nueva red sismológica en Atacama. «Esta es una iniciativa que se pretende instaurar en todo el territorio nacional. Con ello se van a poder realizar proyecciones, estadísticas, análisis de riesgos de vulnerabilidad y amenazas que se puedan presentar en la zona», señaló en la ocasión, el director regional de la Onemi, Carlos García. El ambicioso proyecto pretende instalar cinco estaciones de recepción de información, en diferentes puntos estratégicos en las tres provincias de Atacama.
Para finalizar, dentro de los proyectos nuevos presentados al Gobierno Regional para su aprobación, sólo destaca la Adquisición  de un sistema de alerta ante tsunami en la comuna de Caldera, el que tiene un costo de más de mil 200 millones de pesos. Con Chañaral y Huasco, no pasa nada. Quizás, habrá que confiar más en nuestro instinto y en las señales de la naturaleza. No queda otra.

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