El sauvignon blanc, que viene dando puras alegrías a nuestro país, pone nuevamente su firma en un hecho de interés: acaba de cruzar el límite del valle del Elqui, su bastión más nortino, y hoy cuenta con escasas hectáreas clonales en la zona de Huasco, Tercera Región.
Con denominación de origen incluida, Huasco era hasta hace dos vendimias uno de los tantos campos de propiedad de Agrosuper -ubicado específicamente en Freirina- cuyo plan original era llenarlo de olivos, situación que varió con la inclusión de cuatro hectáreas para un jardín de variedades viníferas. Entre ellas los clones 242 y 1 Davis de sauvignon blanc. Y entre las viñas hermanas Ventisquero y Ramirana, fue esta última quien tomó el proyecto. Pero no porque sí. “Hemos redefinido Ramirana hacia un concepto costero. Estamos buscando nuevas zonas y todas deben mirar o buscar la brisa del mar”, dice el enólogo Alejandro Galaz, quien agrega que el nuevo estilo es “más fresco”.
Bajo su línea Gran Reserva y con solo 20 cajas disponibles de esta cosecha 2010, Alejandro y su equipo recalcan el “proyecto experimental” de este vino. “Partimos el 2007 y recién podemos sacar esa cantidad de cajas. Sigue siendo muy artesanal”, explica Galaz.
Probablemente toda la producción se quede en uno o dos restaurantes aún por definir (precio público $6.500), pero aunque escaso, lo que ya muestra este Gran Reserva sauvignon blanc 2010 es una personalidad bastante parecida a algunos vinos del Elqui: mucho ají verde, notas minerales, espárragos, notas florales también en una boca de rica acidez mineral, de cuerpo medio, suave y persistente. Lo que llaman un sauvignon “crocante”, pero con una mayor dosis de volumen.
Será importante para Ramirana y el vino chileno que el proyecto pase de una etapa de experimental y tome vuelo. Que finalmente Huasco pase a ser un valle con todas las de la ley y no solo una anécdota.
Atención: Salió el primer vino de Huasco
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