Sin duda la primavera es siempre muy esperada por los chilenos tras largos meses de frío y lluvias. Sin embargo, para un importante número de compatriotas, es en esta estación del año cuando comienzan las molestosas alergias.
Esta es una enfermedad definida como una respuesta exagerada del organismo a determinadas sustancias provenientes del exterior, conocidas como alergenos. Una alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario a una sustancia que es inofensiva para la mayoría de la gente. Pero en una persona alérgica, el sistema inmunitario trata a la sustancia (denominada alergeno) como un invasor y reacciona de manera inapropiada, provocando síntomas que pueden ir de las molestias leves a problemas que pueden poner en peligro la vida de la persona.
El sistema inmunitario de una persona alérgica, en un intento de proteger al cuerpo contra algo que percibe como una amenaza, produce anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE)contra el alergeno. A su vez, estos anticuerpos hacen que unas células denominadas mastocitos liberen ciertas sustancias químicas, incluyendo la histamina, en el torrente sanguíneo para defenderse del alergeno «invasor».
Es la liberación de estas sustancias químicas lo que causa las reacciones alérgicas, que afectan a los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel y/o el tubo digestivo. La posterior exposición al mismo alergeno (sustancias como el polen o los frutos secos) volverá a desencadenar la misma reacción alérgica. Esto significa que, cada vez que la persona se exponga o ese alergeno, sea comiendo determinado alimento o bien tocando o respirando determinada sustancia, presentará una reacción alérgica.
En niños, los síntomas más frecuentes son la dermatitis atópica o eczemas, es decir, ronchas en la piel y prurito. Mientras que en adultos, las alergias se presentan con rinitis, congestión, secreción nasal, estornudos y picazón de paladar, nariz y oídos.
En algunos casos estos síntomas van acompañados de asma, que es otra afección gatillada por la alergia. También hay personas que tienen molestias y picazón en los ojos, incluso hay casos de conjuntivitis alérgica.
El diagnóstico para esta enfermedad se hace en base a todos los síntomas anteriormente descritos, al los que se suman datos como la historia clínica del paciente y antecedentes familiares.
Además se realiza un examen llamado test cutáneo, que consiste en colocar gotitas de diversos agentes en el antebrazo, realizar una pequeña punción en cada una de ellas y esperar hasta que aparezca algún signo.
La tendencia a desarrollar alergias suele tener una base hereditaria, lo que significa que se puede «trasmitir» de padres a hijos a través de los genes. De todos modos, el hecho de que usted, su pareja o uno de sus hijos sea alérgico a algo no significa que todos sus hijos tengan que desarrollar necesariamente alguna alergia. Además, generalmente una persona no hereda una alergia en concreto, sino sólo una propensión a tener alergias.
De todos modos, una cantidad reducida de niños tiene alergias a pesar de que en su familia no hay ningún otro miembro que sea alérgico. Y, si un niño es alérgico a una sustancia, es probable que también lo sea a otras.
Las alergias pueden afectar la calidad de vida de las personas. Además de los molestos síntomas, esta enfermedad tiene consecuencias en la calidad del sueño.
Hay personas que no pueden dormir producto de la excesiva congestión, respiran por la boca y no oxigenan bien. Por lo tanto, tienen un mal dormir y amanecen cansadas.
La especialista explica que como la alergia es una enfermedad crónica, el tratamiento consiste básicamente en manejar los síntomas. Esto se realiza principalmente con antihistamínicos e inhaladores nasales con corticoides.
Los alergenos aerotransportados más frecuentes
Algunas de las sustancias más habituales a las que es alérgica la gente son aerotransportadas (transportadas por el aire). Seguidamente describimos los más habituales:
• Los ácaros del polvo son una de las causas más frecuentes de la alergia. Estos insectos microscópicos viven a nuestro alrededor y se alimentan de los millones de células de piel muerta que se desprenden cada día de nuestros cuerpos. Los ácaros del polvo son el principal componente alérgico del polvo doméstico, que contiene muchas otras partículas como, por ejemplo, fibras de tejidos y bacterias, así como alergenos microscópicos de origen animal. Presentes a lo largo de todo el año en la mayor parte de EE.UU. y de otros países (aunque no viven a grandes altitudes), los ácaros del polvo abundan en la ropa de cama, los tapizados, las alfombras y las moquetas.
• El polen es otra de las principales causas de alergia (la mayoría de la gente conoce la alergia al polen con el nombre de fiebre del heno). Los árboles, los arbustos, el césped y la hierba de prados y pastos liberan estas partículas minúsculas al aire para fecundar otras plantas. La alergia al polen es estacional, y el tipo de polen al que es alérgico un niño determinará cuándo presentará síntomas alérgicos. Por ejemplo, en los estados del Atlántico Medio de EE.UU., la polinización de los árboles comienza en febrero y marzo, la de los pastos tiene lugar entre mayo y junio, y la de la ambrosia entre agosto y octubre; por lo tanto, las personas que sean alérgicas a estos tipos de polen tendrán más probabilidades de presentar síntomas en esas épocas del año.
La determinación de los niveles de polen que hay en el aire puede ayudar a las personas alérgicas al polen a saber en qué medida pueden empeorar sus síntomas en un día en concreto. Los niveles de polen suelen ser más altos por la mañana y en los días cálidos, secos y ventosos, mientras que son más bajos en los días húmedos y fríos. Los niveles de polen que se facilitan en algunos partes meteorológicos locales, aunque no suelen ser exactos, pueden ayudar a planificar las actividades al aire libre.
• El moho, otro alergeno habitual, está compuesto por hongos que proliferan en ambientes cálidos y húmedos, tanto en interiores como en el exterior. En el exterior, el moho se forma en zonas mal drenadas donde se acumula el agua y/o la humedad, por ejemplo, en los montones de hojas en descomposición o en los contenedores de abono. En interiores, el moho prolifera en lugares oscuros y poco ventilados como, por ejemplo, baños y sótanos con humedades o goteras. El olor a humedad sugiere la presencia de moho. Aunque el moho tiende a ser estacional, puede crecer durante todo el año, especialmente en interiores.
• Los alergenos de origen animal, en su mayoría procedentes de animales domésticos homeotermos (de sangre caliente) pueden desencadenar reacciones alérgicas en niños y adultos. Cuando el animal se lame, la saliva se le deposita en el pelaje o las plumas. A medida que la saliva se seca, las partículas proteicas son transportadas por el aire y se adhieren a los tejidos que hay en el entorno doméstico. Los gatos son los «peores enemigos» de las personas alérgicas porque la proteína de su saliva es diminuta y porque estos animales tienden a lamerse más que otros como parte del aseo diario.
• Las cucarachas también son alergenos que se pueden encontrar en el entorno doméstico, sobre todo en áreas urbanas. Es posible que la exposición a edificios infestados de cucarachas sea una de las principales causas de las mayores tasas de asma entre los niños que viven en grandes núcleos urbanos.
Los alergenos alimentarios más habituales
• Leche de vaca (o proteína de la leche de vaca): Entre el 1% y el 7,5% de los lactantes son alérgicos a las proteínas presentes en la leche de vaca y en las leches infantiles elaboradas con leche de vaca. En torno al 80% de las leches artificiales comercializadas están elaboradas con leche de vaca. Cuando un lactante (o un niño o un adulto) tiene alergia a la proteína de la leche de vaca significa que su sistema inmunitario reacciona de forma anómala cuando toma leche de fórmula porque ésta contiene las proteínas presentes en la leche de vaca que se utiliza para elaborarla la mayoría de las leches infantiles. Las proteínas de la leche también pueden ser un ingrediente «ocultado» en muchos alimentos preparados.
• Huevos: La alergia al huevo, una de las alergias alimentarias más frecuentes en lactantes y niños pequeños, puede plantear grandes desafíos a los padres. Puesto que los huevos se utilizan en muchos alimentos de consumo infantil -en bastantes casos como ingredientes «ocultos»-, la alergia al huevo es difícil de diagnosticar. Este tipo de alergia se suele manifestar muy precozmente, pero la mayoría de los niños la superan alrededor de los 5 años de edad. La mayoría de los niños que padecen esta alergia son alérgicos a las proteínas de la clara, pero algunos tampoco toleran las proteínas de la yema.
• Pescado y marisco: las proteínas del pescado pueden provocar diversos tipos de reacciones alérgicas. Este tipo de alergia alimentaria también es una de las más frecuentes en los adultos, y los niños no siempre la acaban superando con la edad.
• Cacahuetes y frutos secos: Los cacahuetes se encuentran entre los alergenos alimentarios que provocan reacciones más graves, y a veces desencadenan reacciones que pueden poner en peligro la vida del paciente. (que no son realmente un fruto seco, sino una legumbre, es decir, pertenecen a la familia de los guisantes y las lentejas). La mitad de las personas alérgicas a los cacahuetes también son alérgicas a los frutos secos, como las almendras, las nueces y los anacardos, y a menudo a las pipas de girasol y a las semillas de sésamo.
• Soja: Al igual que los cacahuetes, las habas de soja son legumbres. La alergia a la soja tiene una mayor incidencia entre los lactantes que en los niños mayores; aproximadamente entre el 30% y el 40% de los bebés que son alérgicos a la proteína de la leche de vaca también lo son a la proteína de las leches infantiles elaboradas con soja. Las proteínas de la soja, como «soya», es a menudo un ingrediente «ocultado» en alimentos preparados.
• Trigo: Las proteínas del trigo se encuentran en muchos alimentos de consumo habitual -algunos es más obvio que otros. Al igual que con cualquier alergia, existen distintos tipos de alergia al trigo y distintos grados de alergia. A pesar de que la alergia al trigo a menudo se confunde con la enfermedad celíaca, existe una diferencia entre ambas. La enfermedad celíaca está provocada por una sensibilidad de por vida al gluten, que es una proteína presente en el trigo, la avena, el centeno y la cebada. Generalmente se desarrolla entre los 6 meses y los 2 años de edad, y esta sensibilidad lesiona las paredes del intestino delgado.
Otros alergenos habituales
• Veneno de insecto. En la mayoría de los niños, una picadura de insecto sólo se asocia a inflamación, enrojecimiento y picor en el lugar de la picadura, aparte de unas pocas lágrimas. Pero, si un niño es alérgico al veneno de determinado insecto, una picadura de ese insecto podrá provocarle síntomas más graves. Aunque algunos médicos y padres creían que la mayoría de niños, a la larga, acaban superando este tipo de alergias, en un estudio reciente se ha constatado que las alergias al veneno de insecto suelen persistir durante la etapa adulta.
• Medicamentos. Los antibióticos -medicamentos utilizados para tratar infecciones- son los fármacos que provocan más reacciones alérgicas. Hay muchos otros medicamentos, incluyendo los que se venden sin receta médica, que también pueden provocar reacciones alérgicas. Si usted sospecha una alergia de medicina, hable con su médico primero antes asumir una reacción es un signo de alergia.
• Sustancias químicas. Algunos productos de belleza y algunos detergentes para la ropa provocan en algunas personas erupciones asociadas a picor. Esto suele obedecer a que esas personas son alérgicas a los componentes químicos de tales productos. Los tintes, los productos de limpieza de uso doméstico y los pesticidas utilizados en jardinería pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas.
Algunos niños también tienen lo que se conoce como reacciones cruzadas. Por ejemplo, los niños que son alérgicos al polen de abedul pueden presentar reacciones alérgicas cuando ingieren manzanas porque la manzana contiene una proteína similar a la del polen de abedul. Otro ejemplo es que los niños alérgicos al látex (el material de los guantes y otros artículos de uso hospitalario) tienen más probabilidades de ser alérgicos a los kiwis y a los plátanos.
Signos y síntomas
El tipo y gravedad de los síntomas de la alergia varían entre tipos de alergias y entre pacientes. Las alergias pueden aparecer como picor en los ojos o picor en la nariz, estornudando, congestión nasal, la estrechez de garganta, el problema que respira, e incluso choque (la tenuidad o desmayase).
Los síntomas pueden ir de leves o importantes molestias estacionales (por ejemplo, en las alergias desencadenadas por el polen o por determinados tipos de moho) a problemas que se manifiestan durante todo el año (desencadenados por alergenos como los ácaros del polvo o ciertos alimentos).
Debido a que los distintos alergenos abundan más en determinadas partes de un país o del mundo, los s
íntomas alérgicos también pueden variar en función donde viva uno. Por ejemplo, la alergia a los cacahuetes no existe en los países escandinavos, donde no se consumen cacahuetes, pero abunda en EE.UU., donde los cacahuetes no sólo son un alimento frecuente sino también un ingrediente habitual de muchos alimentos que se consumen en este país.
Síntomas de la alergia a alergenos aerotransportados
Los alergenos transportados por el aire pueden provocar un cuadro conocido como rinitis alérgica, que afecta a entre el 15 y el 20% de los norteamericanos. Se suele desarrollar en torno a los diez años de edad y alcanza su mayor virulencia entre los 20 y los 25 años, desapareciendo generalmente sus síntomas entre los 40 y los 60 años. Los síntomas incluyen:
• estornudos
• picor en la nariz y/o la garganta
• congestión nasal
• tos
Estos síntomas suelen ir acompañados de picor, lagrimeo y/o enrojecimiento de los ojos, lo que se denomina conjuntivitis alérgica. (Cuando se forman ojeras alrededor de los ojos enrojecidos, se conocen como «ojeras alérgicas»). Las personas que reaccionan a los alergenos aerotransportados suelen padecer rinitis alérgica y/o conjuntivitis alérgica. Si una persona presenta estos síntomas y también respiración sibilante y dificultad para respirar, es posible que su alergia haya evolucionado y se haya acabado convirtiendo en un asma de origen alérgico.
Síntomas de la alergia alimentaria
La gravedad de los síntomas de una alergia alimentaria y cuándo aparecen depende de:
• la cantidad del alimento alergénico que ingiera
• el grado de exposición que haya tenido previamente al alimento alergénico
• la sensibilidad que tenga al alimento.
Los síntomas de las alergias alimentarias incluyen:
• picor en la boca y en la garganta al tragar el alimento (algunos niños sólo presentan este síntoma, conocido como «síndrome de alergia oral»)
• manchas rojas en la piel asociadas a picor (ronchas)
• erupción cutánea
• secreción nasal y picor en la nariz
• retortijones o dolor abdominal tipo cólico acompañados de náuseas, vómitos o diarrea (mientras el cuerpo intenta eliminar el alérgeno).
• el problema que respira
• choque (shock)
Síntomas de la alergia al veneno de insecto
Cuando a un niño le pica un insecto a cuyo veneno es alérgico, puede presentar algunos de los siguientes síntomas:
• inflamación de la garganta
• ronchas por todo el cuerpo
• dificultad para respirar
• náuseas
• diarrea
• choque (shock)