Uso de microorganismos para combate de enfermedades reduciría pérdidas en sector frutícola

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Resultados promisorios ha conseguido la empresa Bio Insumos Nativa Ltda. en los últimos ensayos con microorganismos para controlar pudriciones de postcosecha, de fruta de exportación. Estos forman parte de un proyecto cofinanciado por el Ministerio de Agricultura, a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

La iniciativa “Desarrollo de un formulado de  microorganismos extremófilos para el control de enfermedades de poscosecha de fruta de exportación” es ejecutada, desde 2007, por Bio Insumos Nativa Ltda.  en las regiones de Valparaíso y El Maule.

Antecedentes del proyecto indican que las enfermedades de postcosecha generan importantes daños a las exportaciones agrícolas de Chile, ya que al estar alejadas de sus mercados de destino la fruta se ve obligada a permanecer más tiempo en cámaras de frío para su transporte.

Por ejemplo, la manzana variedad Pink Lady puede registrar pérdidas cercanas al 60% en los embarques. A lo anterior hay que sumar los costos de embalaje, transporte y almacenaje, lo cual impacta negativamente a los fruticultores.

“Se ha observado un aumento de las pudriciones de postcosecha en cámaras refrigeradas, tanto en pomáceas, carozos, kiwi, uva de mesa y arándanos. El número de agentes que las ocasionan ya supera los treinta, agregándose cada año nuevos factores, aunque predominan hongos y algunas bacterias”, explicó el coordinador y fitopatólogo del proyecto de Bio Insumos Nativa Ltda., Eduardo Donoso.

Entre las razones que explican esta alza también figuran las alteraciones climáticas de los últimos años que han incrementado las lluvias cerca de la fecha de cosecha, generando el campo propicio para la aparición de enfermedades.

A esta situación se agregan las exigencias de las cadenas de supermercados para reducir la presencia de residuos químicos en los alimentos; y la restringida disponibilidad de ingredientes activos autorizados —menos tóxicos— para combatir efectivamente las plagas o enfermedades. Ambos aspectos impiden resguardar totalmente la calidad de la fruta nacional.

Por último, a nivel comercial, está la estrategia de algunos productores que prefieren guardar fruta para comercializarla a mayores precios cuando la oferta es menor, por lo que se hace necesario mejorar el control de enfermedades de postcosecha.

Por ello surgió la idea de usar microorganismos para el combate de pudriciones que aparecen en huertos, líneas de embalaje y cámaras de frío, como una herramienta de control natural para el sector productivo.

El ejecutivo de innovación de FIA y supervisor de la iniciativa, René Martorell, dijo que la modernización y competitividad de la agricultura también significa considerar soluciones biotecnológicas que combinen la investigación y el desarrollo. Estas permitirán a los agricultores cumplir con las exigencias comerciales en cuanto a volumen, calidad y seguridad de frutas y hortalizas.

Microorganismos desde la Antártica

La iniciativa, cofinanciada por FIA, trabaja en la búsqueda de microorganismos extremófilos que proliferan a bajas temperaturas (ETB) y que presentan una acción biocontroladora sobre hongos. Estos son extraídos desde ambientes fríos naturales (glaciares, campos de hielo, etc.) o artificiales (como líneas de embalaje  y cámaras de frío). Incluso, a través del Instituto Antártico Chileno (INACH), los investigadores obtuvieron microorganismos recogidos especialmente para sus ensayos.

Ello —indicó el coordinador— ha permitido a la empresa tener una vasta colección de cepas, que también han sido evaluadas para elaborar la segunda generación de los productos que la empresa comercializa actualmente.

Las cepas nativas se evaluaron en tres etapas: in vitro e in vivo (laboratorio), y bajo condiciones comerciales (packing). A la fecha, ya han finalizando las pruebas con 100 potenciales biocontroladores sobre ocho hongos fitopatógenos de importancia comercial en postcosecha: Colletotrichum, Botryosphaeria, Aspergillus, Geotrichum, Botrytis, Neofabrea, Rhizopus y Penicillium. En esta última fase también se realizaron pruebas para Alternaria, abarcando cultivos tan importantes como  manzanas, kiwis, arándanos, cerezos, limones y uva de mesa.

Eduardo Donoso señaló que “los resultados, a la fecha, son promisorios, logrando, en algunos casos, igualar la eficacia del control químico. Esto pese a que aún no se evalúan preparaciones o combinaciones de microorganismos para aplicar, lo que debería incrementar de manera significativa el nivel de control”.

Para la empresa, las próximas etapas del proyecto contemplan crear un sistema de producción que implica establecer una metodología y sistema de fabricaciones masivas y formuladas de ETB, con una etiqueta, ficha técnica y hoja de seguridad del producto. Posteriormente, transferirán el uso de estos productos a los agricultores y empresas exportadoras.

El monto total de la iniciativa es de asciende a $151.751.000, de los cuales $99.999.000 (66,7%) son aportados por FIA.

ACERCA DE FIA

La Fundación para la Innovación Agraria (FIA), perteneciente al Ministerio de Agricultura, es la agencia sectorial de fomento a la innovación y su objetivo es contribuir al incremento de la competitividad de la agricultura nacional. Su actividad se centra en el fomento de los procesos de innovación y en actuar sobre el entorno y condiciones que los favorecen. Todo ello a través de financiamiento de iniciativas, de la generación de estrategias y la transferencia de información y resultados de proyectos y programas innovadores. Más informaciones en www.fia.gob.cl

 

 

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