Generación de energía: Un debate plagado de mitos.
Por: Giovanni Calderón Bassi. Diputado por el Sexto Distrito.
La discusión sobre desarrollo sustentable, los costos del progreso y el impacto de la formas de generación de energía no convencionales, está plagada de mitos y prejuicios.
Hemos sido testigos en los últimos meses de cómo la ciudadanía, particularmente, ciertos sectores ecologistas, se han volcado a las calles a protestar contra la construcción de Hidroaysén. Pero, qué tan informada es esta legítima expresión ciudadana?; ¿Conoce el real impacto que tienen las energías renovables no convencionales?; ¿Comprende que sin fuentes renovables limpias como la hidroeléctricidas, la matriz se volverá más sucia?. Al parecer no.
Es imperioso que como país debatamos respecto de la aplicación de nuevas formas de generación de energía, ya que tanto el estado actual del sistema, como las obligaciones medioambientales que el país ya ha asumido y que asumirá en el futuro, así lo demandan.
El debate debe producirse, fundamentalmente, en el plano técnico y científico y conociendo el real alcance que cada opción tiene y las consecuencias de su su adopción, tanto en el plano medioambiental como en el desarrollo económico.
Lamentablemente, la discusión no ha discurrido en el plano de la ideas, sino más bien, en el de las ideologías, cargado de mitos y escasa o tergiversada información.
Quizá, el mayor de los mitos es que las Energías Renovables no Convencionales (ERNC) y la eficiencia energética permitirían satisfacer las necesidades energéticas del país. Se ha sostenido, insistentemente, que aplicando políticas de eficiencia energética se podría ahorrar casi la mitad de la producción de energía y, por otra parte, que la minería es el principal consumidor de electricidad.
Vamos viendo. Las ERNC constituyen una fuentes limpias y, en algunos casos, abundantes en nuestro país. Pero, aún con la mejor tecnología, actualmente son incapaces de sostener una matriz energética. Ningún país del mundo produce energía basado exclusivamente en este tipo de fuentes.
En segundo lugar, la eficiencia energética en sí misma, tampoco permite sostener la matríz, pues para que haya eficiencia energética, tiene que haber energía que se debe generar de alguna forma. Y segundo, porque los propios promotores de la eficiencia energética reconocen que, aplicando a plena capacidad acciones de eficiencia energética, sólo se ahorraría un 10% del total de la matriz.
En cuanto al tercer mito, esto es, que el principal consumidor de energía es la industria minera, lo cierto es que éste constituye sólo un 13,8% del consumo total de electricidad en Chile, lo que la sitúa en el cuarto lugar de los sectores que utilzan más energía en el páis.
Por tanto, cuando se trata de resguardar un servicio básico tan importante como lo es la energía, es necesario emprender estrategias concretas, basadas en la mayor cantidad de datos e información posible, a fin de tomar una decisión fundada sin ideas preconcebidas