Sr Director:
Érase una vez una ciudad chiquita
Incrustada en un valle muy especial
Donde había gente muy bonita
Y algunos que le hacían muy mal
Esta ciudad muy chiquita
Tenía algo muy particular
Pues vivían algunos señores
Que se juntaban cada cuatro años a pelear
Entre ellos se encontraba Paulito Oglalde
Siempre eterno segundo a campeonar
Que en su torre alta, larga y grande
De algún mal a todos siempre quería acusar
Lo secundaba en su atalaya Omal Torres
Que de sabio le gustaba siempre jugar
Que decía que había viajado al mundo
Y que solo había ido dos días fuera de la ciudad
Había otro señor llamado Arnaldo Flowers
Que alguna vez se puso a gobernar
Y si bien paso sin pena ni gloria
Todos recuerdan que no hizo nada por la ciudad
Estaba también el señor Alegrias
Que tenía un porte algo señorial
Que era de verdad un maestro de la lengua
Y con flores pretendía a todos conquistar
Por último, estaba el campeón actual
Que no era ni más bueno ni más malo
De los señores que les acabo de contar
Pero tenía algo que lo hacía muy particular
No le importaba mucho lo que ladraran
Los perros cuando salía a caminar
“es señal que avanzamos” decía
Las veces que me lo encontré al pasar
Esta historia es de un pueblo ficticio
Y si te sonó algo familiar
Es solo pura coincidencia
Pues no hay nada tan único y particular
Cuando vayas a elegir a tu campeón
Recuerda antes de tu elección dar
Que los que quieren una paja de un ojo sacar
Deben primero la viga del suyo retirar.
Jose Maria Velasco Ibarra
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