Ayer se conmemoran 8 años desde la trágica muerte de Carmen Araya Largo, mujer trabajadora de Huasco que fue asesinada por delincuentes de Vallenar cuando se dirigía a trabajar.
En la ocasión sus familiares le rindieron homenaje en las inmediaciones del cerro Chehueque, sector en que fue encontrado su cuerpo sin vida arrojado a un pique minero, lugar donde levantaron un santuario para trocar el horror cambiándolo por amor (en la imagen) Las redes sociales en Huasco hicieron eco de la conmemoración y la página del municipio y el alcalde Rodrigo Loyola, dedicaron emotivas palabras a sus familiares, señalando que “ocho años ya han pasado Carmen, y en tu familia, en su sangre, en sus gestos y en su espíritu habitas siempre con tu alegría. Ahí estás tú, en la responsabilidad de Fabián, en la fuerza de Carolina, y en la lealtad a toda prueba de tus hermanas, ejemplo femenino de lucha y coraje. En tu madre resciliente, cariñosa y digna. Habitas también en nosotros, en nuestra memoria histórica, y en el pueblo de Huasco que nunca te va a olvidar”.
La cercanía entre el Municipio y la familia de Carmen Araya se produjo en atención a que el alcalde dispuso el trabajo del asesor jurídico del municipio, abogado Carlo Mora, quien actuó como querellante en un proceso que duró casi dos años y donde la familia mantuvo un rol muy activo comunicacionalmente, gracias al apoyo del comunicador Luis Trigo, generando marchas y manifestaciones en la capital regional a fin de presionar a las policías para resolver el caso en que finalmente se castigó a los culpables con condenas que juntas sumaron 75 años de prisión para los asesinos.
HECHOS
El 31 de enero del 2011 Carmen Araya Largo salió muy temprano desde su casa en la comuna de Huasco, sin imaginar que el destino le deparaba una de las muertes más trágicas y cruentas que la historia policial y la comunidad de Atacama recuerden. Mientras esperaba la locomoción que la llevaría a Copiapó, fue divisada por el grupo de sujetos que se desplazaban en un automóvil por los límites de Vallenar, y que en el momento de divisarla, descendieron del vehículo para arrebatarle el bolso. Para robarle, la golpearon y dejaron tendida en el suelo, huyendo del lugar. Luego regresaron al lugar y la vieron tendida en el suelo, procediendo a subirla al maletero, para trasladarse al sector Chehueque, donde la quemaron.