Señor Director:
Era un patrimonio natural de la ciudad, en ese árbol estaba representado la historia de Vallenar de los últimos 100 años, más que un árbol era un símbolo y se merecía el respeto por su trayectoria, es como el símbolo que representa el Árbol de Marañón.
Los símbolos naturales son sagrados y así lo han establecidos algunas comunas cuya protección es parte de su historia, he aquí algunos ejemplos, el Olmo de Inés de Suarez de Renca, la tradición indica que unos viejos olmos en la calle Balmaceda con Santa maría fueron plantados por doña Inés de Suarez. El Jardín de Arturo Prat, ubicado en la calle Antonio Varas, Plaza Juan XXIII, que en sus orígenes corresponden a los jardines de la casa patronal de la hacienda Chacón, en donde pasó su niñez Arturo Prat. El Pino de Canarias en el Parque Forestal, el Canelo plantado por Gabriela Mistral en la ciudad de Osorno el 2 de mayo de 1938, el Pimiento donde San Martín entró victorioso a Putaendo para reunirse con B. O”Higgins, el Gomero en la Plaza Victoria de Valparaíso o el que se encuentra en la Plazoleta de calle Santo Domingo con Matucana que tiene una altura superior a los 14 metros y ancho de copa superior a los 20 metros, el primer Älamo traído a Chile desde Mendoza en 1810 que llegaron al convento de San Francisco, o el árbol más antiguo existente en una ciudad de Chile, un ejemplar de Roble, ubicado en la avenida Circunvalación <Sur , en el bandejón central de Valdivia, que tiene mas de 280 años.
Los árboles símbolos son parte de nuestra historia y se enlazan con la historia de personas, instituciones y de nuestros barrios, comunas y ciudades, es de esperar que nuestras autoridades aunque tardíamente tomen conciencia de nuestro patrimonio natural y cultural, debemos preservar la historia, Vallenar no hace nada por preservar su historia, testigo de este abandono es la Vendimia, monumento patrimonial cultural totalmente abandonado pese a que se aprobaron 20 millones de pesos para su restauración, allí sigue esperando mientras su deterioro es evidente, no vaya a ocurrir lo que pasó con la pileta de la plaza de Armas que fue destruida por el ex jugador de Colo-Colo «Chita Cruz», cambiando la historia social de los vallenarinos.
El gran error de este ecocidio fue que no hubo participación ciudadana, no se consultó a las juntas de vecinos del sector, por esto echo de menos que el COSOC Municipal no opere, ojalá aprendan a escuchar y no tener miedo de la opinión de los ciudadanos.
OMAR TURRES