Señor Director:
Recientemente una parte de la comunidad vallenarina se enteró de la destrucción del “Árbol de Mora” que se encontraba en calle Brasil, árbol que permitía extraer unos frutos cuando era la atracción, urinario todas las noches especialmente los fines de semana, colgar mercachifles para la navidad y/o fiestas dichiocheras, y maravillosa sombra para los perrunos. Ahora que lo cortaron en nombre del progreso mercantil, entonces, aparecen voces tímidas hablando del patrimonio, del árbol con historia, etc. etc. Muy bien por cierto que el sacrificio de ese arbolito haya servido para despertar cierto interés por la ecología, el patrimonio y por mantener una ciudad limpia y con áreas verdes. Bien, se les felicita.
No obstante, caben algunas preguntas cuando se habla de patrimonio, del pasado de nuestra ciudad, que dicho sea de paso se la hacen quienes somos advenedizos en Vallenar, a saber: ¿por qué los vallenarinos no cuidan y aman su ciudad? ¿por qué la ciudadanía no quiere mirar su pasado, incluyendo a las autoridades? ¿qué se quiere ocultar? ¿qué ha fallado en el sistema educacional que no ha abordado como corresponde la historia local? ¿por qué un turista se aburre cuando llega a Vallenar y pasa hacia el norte o se va al interior del valle?
Nuestra ciudad, y digo nuestra porque el advenedizo siente identificación con el paisaje humano y natural, porque la ciudad es hermosa, porque cada rincón de Vallenar tiene una historia que contar, pero encuentra pocos oídos para escuchar, sobre en la población más joven y en el adulto joven, ocupados más en el reggaetón, el corte de cabello, las zapatillas, la moda que impone el ídolo de turno; bueno y muchos y muchas ocupados de las telenovelas turcas o mejicanas aunque no entiendan nada de las culturas maquilladas de aquellos países. Pero se pierden de la belleza de su ciudad y del valle.
Ayer fue el árbol de mora, pero antes de ayer fueron las Pictografías de la ladera de Torreblanca y la Estación de Ferrocarril y pronto será el Puente de Arco del sector el Jilgero, así también será el único Poste de Alumbrado público que se encuentra delante de la piscina Rotaria y al costado de la Escuela de Deportes. Ese poste que habla de un pasado vallenarino, de cierta opulencia de las clases acomodadas y cuyos destellos nocturnos permitían brillar a más de alguna joya. Ahí está el poste resistiendo a los automovilistas que han frenado a centímetros de el por una mala maniobra, a la fanaticada futbolera que lo han rayado con los colores de su club. Ese poste habla a quienes quieran escucharlo, ¿habrá que botarlo para recién ocuparnos y reclamar? ¿qué harán las escuelas y liceos para recuperar y almacenar ese pasado tan lindo de Vallenar? ¿y la comunidad, y las familias y las autoridades?
Vallenar es hermoso y rica su historia.
Juan Espinoza
Director Escuela Gualberto Kong Fernández
En Vallenar la cultura está en periodo de extinción, no se hace nada por incrementarla, se hace todo para disminuirla, con ocasión del cambio del museo de calle Ramírez a su actual ubicación donde pocos turistas pueden llegar y la polémica que suscitó, un funcionario municipal opinó en las redes sociales que si no hubiese sido por esta polémica no se hubiese enterado que existía un museo en Vallenar. Otro ejemplo de este deterioro cultural es la Vendimia, abandonada a su suerte igual que la escultura ubicada en la plaza cuya cabeza del niño ha sido decapitada 2 veces, su autor no ha sido nunca valorado en su tierra a pesar de su rica obra escultórica, la mayoría de los vallenarinos no saben que el monumento a Baquedano en la Plaza Italia de Santiago y el monumento a Los Héroes de Iquique son obras de José Caroca Laflor, fue tanta su decepción de su tierra natal porque su obra la Vendimia estuvo botada 10 años en los talleres municipales con uno de sus brazos rotos, por eso sus restos mortales a petición de él no están en el cementerio de Vallenar sino que en el mausoleo de los artistas en el Cementerio General de Santiago.
En Vallenar existe la cultura de la fealdad.