La desapercibida y sacrificada labor del dirigente vecinal

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Quién de nosotros no conoce la sacrificada labor de los dirigentes sociales. Quién no ha solicitado de su ayuda en alguna ocasión, para poder solucionar algún problema o para  ser parte de un beneficio. Trabajan desinteresadamente sin recibir sueldo. Dedican más tiempo a sus vecinos que a su familia. En ocasiones, por no decir la mayoría de las veces, dejan de lado funciones de mujer y madre u hombre y padre, para solucionar problemas ajenos. Hace algunos días estuvieron de día, y la comunidad poco y nada los celebró. Los municipios de la provincia son los encargados de poder acentuar y de alguna manera, destacar la inconmensurable labor de los dirigentes sociales, pero más que la autoridad, es la comunidad la que debe a ellos recordar por su desinteresada labor social.

Hace 12 años, fue el Presidente Eduardo Frei quien instauró a nivel nacional el Día del Dirigente Social. A lo largo de la geografía de nuestro Chile, franja larga de similitudes precisas, existen más de 80.000 organizaciones sociales desde Putre hasta Puerto Williams, conformando una verdadera cordillera de la solidaridad.  Vallenar cuenta con poco más de 65 juntas de vecinos, distribuidas en el altiplano norte, sur y los sectores rurales. Tiene más de 350 dirigentes vecinales, que velan por el bienestar de los demás, por el bien común y por la equidad, igualdad, solidaridad y otros valores.
Entre las juntas de vecinos más antiguas, destacan la N° 1 de calle Sargento Aldea, que lidera hace años Mirta Romero. Tiene 46 años de vida y permite entregar ayuda social a cientos de vecinos del sector. Le sigue la unidad vecinal N° 4, Hermanos Carrera, con 44 años y que encabeza la dirigente Norma Torrejón.

Son tantas las acciones desarrolladas por nuestros dirigentes y dirigentas, como las que como país les debemos.  Conocemos de la postergación de los propios asuntos en beneficios de los otros y del no siempre justo reconocimiento de labores muy significativas, ya que muchas veces a pesar de los menoscabados en su trabajo dirigencial, acuden prontamente para dar una mano a su vecino.

Rafael Vega, presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Huasco, manifestó que “la labor del dirigente social es sacrificada. Tenemos que velar por todos los vecinos y no podemos fallarle. La mayor parte de las veces, la preocupación es más por la comunidad que por uno mismo, pero es gratificante”.

Norma Torrejón, presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Norte de Vallenar, relata que los dirigentes tenemos muchos sueños, “pero necesitamos mayor compromiso de parte de las autoridades, en cuanto a más atención, una mejor comunicación entre los asesores de la autoridad y nuestras agrupaciones, más lazos”, señala la también presidenta de la junta de vecinos N° 4 de Población Hermanos Carrera.

Muchas veces cuando se habla de vocación de servicio público, necesariamente tenemos que pensar en nuestros dirigentes sociales, ya que ellos desinteresadamente luchan y viven cada dia por el bienestar de sus comunidades.

 Y a lo largo de la Provincia del Huasco, destacan varios dirigentes que buscan el bien mejor para sus comunidades. En Alto del Carmen, destaca Elena Véliz, quien está a cargo de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de la comuna. Igualmente en Vallenar, sobresale la dirigente Violeta Godoy, a cargo de la Unión de Juntas de Vecinos Urbana, o la carismática Sandra Tapia, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Rurales. En Domeyko, la labor dirigencial es llevada a cabo por Edgardo Toledo, quien a pesar de estar a más de 50 kilómetros de Vallenar, día a día lucha para tener mejores condiciones de vida para sus vecinos.  O el mismo presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Freirina, Héctor Orellana Guerrero, que hace pocos días se le vio entregando su parecer por el caso de la entrega de pozos aguas de parte del municipio a la empresa Agrosuper en Freirina.  Temas y problemas que día a día surgen en las comunidades, y que a través de los dirigentes vecinales, se expresa la voz de los vecinos de cada sector, tratando de se puedan alcanzar mejores estándares de vida para cada uno de ellos. La dirigente Norma Torrejón, destacó un punto importante y que es sueño de cada dirigencia vecinal: El contar con un mausoleo. “Nosotros trabajamos a honores y los dirigentes no contamos con un mausoleo para que en este sitio descansen los vecinos destacados que han hecho mucho por sus sectores. Nosotros no recibimos sueldo, pero ese sería un sueño para muchos de nuestros dirigentes, el poder contar con un mausoleo vecinal”.

Sandra Tapia, la dirigente de Longomilla entrega un mensaje a sus pares, “no bajen los brazos, hay que seguir luchando, porque aún existen personas que trabajamos por el bien común sin recibir nada a cambio, y eso ojala se valore”. Es la palabra del dirigente. La palabra que siempre busca soluciones, pero que muy pocas veces encuentra una respuesta satisfactoria.

Por eso nos parece injusto, tremendamente injusto, cuando las voces del pueblo se levantan y nos son escuchadas, que nos se les valorizan y muchos pretenden generar dudas sobre la calidad y fortaleza de nuestras organizaciones sociales, parte importante de la sociedad civil.

Hemos leído muchas veces que autoridades de gobierno dicen «Ustedes son una prueba concreta y real de por qué nuestro país es admirado y respetado como una nación confiable y segura», pero hasta donde llega esa confianza de nuestra autoridades cuando exigimos nuestros derechos.

 

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