Hospital Nicolás Naranjo de Vallenar

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En el lugar que actualmente ocupa una gruta donde se venera a la virgen de Lourdes, en el borde del plan urbano, existió el primer hospital de la ciudad de Vallenar y es el motivo por el cual a la calle que ahí llega, se le llamó “calle Hospital”. Los dineros aportados ya en 1865 por el Fisco y parcialmente incrementados por los aportes del municipio, no eran suficientes para solventar los onerosos costos de mantención del recinto hospitalario, por lo que la Sociedad de Beneficencia de Señoras apoyaba esta institución con caritativos aportes de la comunidad; así el primer Hospital de Vallenar recibió el nombre de “Hospital de Caridad San Juan de Dios”, cuyo primer médico se registra fue el Dr. Fidel Ignacio Rodríguez.
  Desde sus inicios y a pesar de prestar una valiosa ayuda a los miserables y pobres que necesitaban de atenciones médicas, esta construcción paupérrima en sus bases estructurales, y ubicada justo a la salida de una población, fue llamada y considerada el “hospital viejo”. El 22 de Marzo de 1871, en sesión municipal extraordinaria, se acordó solicitar al gobierno una mayor ayuda económica para el hospital, el que para solventar de alguna manera su situación era administrado por miembros del cabildo vallenarino en forma gratuita y por turnos.
 No obstante los esfuerzos de la comunidad, éstos seguían siendo insuficientes, lo que estimuló aun más el espíritu filántropo ya no sólo de los vallenarinos, siendo así un serenense, prestigioso minero y agricultor, hijo de españoles y avecindado en el valle, y por entonces regidor Municipal, el Sr. Nicolás Naranjo Palacios, quien decidió comprar un terreno que ya arrendaba y utilizaba como bodega ubicado al final de la calle La Merced. Compró el terreno a don José de Lasaldevea según consta en escritura con fecha 24 de Julio de 1878, ante el Notario Público don Daniel Solís de Ovando, por la suma de tres mil pesos y cediéndolo en el mismo acto y documento como “donación pura, perfecta e irrevocable de la propiedad relacionada a favor del Hospital de esta ciudad… (en) un acto espontáneo de su parte…”.
 Dos meses después por acuerdo del Cabildo, seguramente en un soleado y primaveral día, el 20 de septiembre de 1878 se realizó una procesión desde el “hospital viejo” al nuevo en un acto significativo de toma de posesión del inmueble, encabezada por el gobernador don Ignacio Segundo Barceló y en el que participó gran parte de la comunidad, incluida una banda de músicos.  Se levantó acta, tras discurso del señor cura don Manuel García, nombrando el nuevo recinto como “Hospital San Juan de Dios”. La emoción contenida inundó las nuevas salas luego que la guardia municipal cerrara el acto con tres ensordecedoras descargas de fusilería.
 Durante los años siguientes la comunidad observaba desarrollarse el nuevo recinto, construido con tapiales y techo de tejuelas y  que otorgaba atención sin distingos de clases. Incluso el hijo de don Nicolás, Adrián Naranjo, nacido en Vallenar, se desempeñó como administrador en el año 1890.
 En agradecimiento al noble benefactor, la Junta de Beneficencia de Vallenar acordó otorgarle al hospital el nombre de Nicolás Naranjo, con fecha 2 de agosto de 1910. Ese mismo año se logran construir un pabellón central y luego un pensionado, una botica, unas piezas anexas y una capilla.
 En 1915, tras gestiones del Obispo de La Serena a solicitud de la junta de beneficencia y en un intento de superar las modestas condiciones, llega desde Argentina la Congregación de las “Hermanas del Huerto”, quienes se hicieron cargo de la administración del hospital con encomio y esfuerzo, obteniendo bajo gran sacrificio soslayar las tragedias ocurridas durante la peste de Viruela en 1921 y, sobretodo, tras el terremoto acaecido la noche del 10 de noviembre 1922.
 Producto de esta catástrofe el inmueble quedó en gran parte, reducido a escombros, lo que no logró evitar la manifestación solidaria de las Hermanas del Huerto y de quien pudiera acudir en ayuda de los necesitados que se agolparon en el lugar donde momentos antes se erguía el hospital. Muchos fueron los samaritanos que debieron atender en carpas a los heridos.
Luego de asimilada la tragedia se inició la labor de reconstrucción del recinto hospitalario, para lo cual la valiosa cooperación monetaria de las Damas Argentinas, la Colonia Española y de la ciudad de Antofagasta, se logró edificar nuevos pabellones, una sala de maternidad, cocina, lavandería y dependencias anexas. En 1947 nuevamente la catástrofe se apresa del hospital de Vallenar, el que trágicamente es subyugado al fragor de las llamas de un voraz incendio originado en la chimenea de la caldera, utilizada para obtener agua caliente para el aseo de los enfermos. Los esfuerzos de bomberos escasamente logran detener el fuego que consume buena parte de la estructura, debiendo utilizarse, con ayuda de espontáneos voluntarios de la comunidad, baldes de agua obtenida de una acequia cercana.
 Nuevamente se iniciaron esfuerzos destinados a reponer el hospital, los que bajo la tesonera administración de Dr. Jorge Gray Gray, reconocido facultativo vallenarino, dieron frutos en la colocación de la primera piedra el 3 de octubre de 1959 y la posterior inauguración del nuevo y actual hospital el 27 de junio 1964, durante el gobierno del presidente Jorge Alessandri R.
 Desde entonces la comunidad ha contado con este edificio, que a pesar de sufrir un nuevo incendio en 1977, con la pérdida  de  la  Capilla,  Farmacia,   Admisión, Estadística, Morgue y Bodega del Plan de Alimentación Complementaria y que fueron posteriormente repuestas, para dar atención a las necesidades médicas de toda la población de la Provincia del Huasco, ampliándose además con la construcción de un Consultorio Adosado de Especialidades, el que es inaugurado en 1977 y remodelado en 1998.
La comunidad Vallenarina ha visto surgir  una  y otra  vez  su hospital,  gracias al
esfuerzo mancomunado  de sus  habitantes y administradores, aunado a la solidaria y benefactora ayuda de filántropos e instituciones de beneficencia. Desde sus inicios el Hospital de Vallenar es por lo tanto, motivo de gran orgullo para esta ciudad que espera, con las mismas ansias que inundaban los corazones de nuestros antecesores, continuar en una nueva y moderna estructura cobijando el dolor y la angustia de los que sufren.

Fuente:  Dr. Héctor San Martín Gutiérrez
             Servicio de Medicina
             Hospital Nicolás Naranjo de Vallenar

Fotografía: Primer concurso Fotografía Hospitalaria – 2005

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