Tal vez muchos huasquinos ignoran que a lo largo de este territorio de sierras resecas y marejadas de camanchaca circularon de mano en mano diferentes órganos de prensa. Se podrían nombrar por decenas los diarios y periódicos que surgieron desde las gargantas de traqueteantes imprentas, a mano y a motor, que hacían temblar la noche para llevar las noticias frescas a la mañana siguiente.
El único centro de impresión tipográfica que subsiste en el Huasco es la todavía en pie Imprenta Rojas ubicada a pocos pasos de la plaza principal de Vallenar. Allí los formularios, las boletas y todo tipo de impresos se confeccionan ya de otras maneras, con otra tecnología y a velocidades inimaginables para lo que antaño se estilaba.
DIARIOS
Eran otros tiempos, era otra la ciudad de Vallenar, con mucho menos población, sin grandes multitiendas pero con una infinidad de emporios y despachos que aportaban con su avisaje para que día a día El Noticiero Huasquino llegara hasta los hogares.
Este diario fue fundado el 17 de diciembre de 1933 por Manuel Rojas Jiménez y circuló por más de 20 años. Sus nietos hoy mantienen intacto el taller en donde se daba vida al diario. Montones de tipos, de clichés y otras minúsculas piezas de aquella tipografía olvidada se hayan esparcidos por el lugar junto a los esqueletos de las máquinas que sin embargo aún la herrumbre no ha logrado inmovilizar.
LAS IMPRENTAS
Tal es el caso de las imprentas alemanas Original Heidelberg, una de 1962 y otra de 1967 más conocidas en su tiempo como máquinas Minerva.
También permanece activa una guillotina de 1967 y una pequeña imprenta a pedal de 1905, de nombre Riese & Pohl Nache, fabricada en Berlín en el año 1900 y que aún es utilizada para estampar invitaciones y trabajos de pequeño formato.
Son datos de un pasado que es digno también de destacar y que formó parte de los permanentes esfuerzos que hace la sociedad por comunicarse y abrir estos lazos de retroalimentación en la población.
Es parte de nuestra historia y de NUESTRO PATRIMONIO.
Aquellos oficios ligados a la antigua prensa huasquina, además de aquella nomenclatura particular plagada de términos como “chivalete”, “pastel” “foliadora” “filete” y “cliché”, resultan prácticamente desconocidos para las actuales generaciones y constituyen un valioso patrimonio que es necesario preservar.
Fuente: La Estrella del Huasco
Foto: Freirina Comunicaciones