Con una charla en terreno, dirigida a los alumnos de la carrera de Técnico Agrícola de Inacap en Copiapó, la Corporación Nacional Forestal, CONAF, conmemorará la celebración del Día Mundial de la lucha contra la desertificación y la sequía, instaurada por la Asamblea General de la ONU en 1994, suscrita por Chile tres años después.
Así lo informó Diego Morales Banda, director regional de la entidad, quien sostuvo que en la actividad, además de referirse a las causas y consecuencias del fenómeno, serán expuestos los instrumentos y acciones que CONAF lleva a cabo para evitarlo.
En ese plano, destacó que el Estado a través del Ministerio de Agricultura, y en particular CONAF, maneja una batería de instrumentos y políticas para hacer frente a este flagelo, entre ellos las normativas y programas de fomento a la forestación tanto rural, como urbana “CONAF es reconocida por muchas personas, por la forestación, gracias a la cual han accedido a mejorar ambiental o productivamente sus predios, incorporando masa arbórea y arbustiva”, expresó.
Morales Banda especificó que el instrumento de mayor demanda es el programa de Forestación Subsidiaria Participativa, donde CONAF entrega de manera gratuita las plantas y la asistencia técnica, en tanto que los pequeños agricultores proporcionan la mano de obra para forestar y su posterior cuidado. “Ejemplo de ello fue la reciente entrega de más de 800 plantas en la localidad de Carrizalillo el pasado 9 de junio”, ejemplificó.
También está el DL 701 sobre Fomento Forestal, que bonifica las plantaciones forestales, cuya mayor demanda se observa en la provincia del Huasco y que, según Morales, en su nueva versión incorporará la bonificación por servicios ecosistémicos, lo que genera una oportunidad para las plantaciones que se efectúen en Atacama.
Asimismo, el director relevó el Programa Bicentenario de Arborización Urbana, que busca dotar de 1 árbol por cada chileno, que también aplica en la región de Atacama, “que por cierto hace su aporte a dotar de cobertura nuestros suelos degradados”, observó.
“A través de la conservación de la flora en las áreas silvestres protegidas, la institución hace un aporte en este ámbito, pues la desertificación también tiene un efecto en la pérdida de la biodiversidad que caracteriza a nuestra región, que alberga el 20 por ciento de la flora continental del país”.
Por su parte, el Jefe del Dpto forestal (S) Ricardo Santana Stange, indicó que a través de la ley 20.283 de Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, se regulan las actividades de corta de bosque nativo y formaciones xerofíticas (plantas adaptadas para vivir en zonas áridas), además, de fomentar su manejo racional para lo cual contempla bonificar a los propietarios. Al respecto llamó a los interesados a postular hasta el 23 de junio a los beneficios especificados en la norma.
Además, mencionó que el Ministerio de Agricultura contempla otras herramientas, como el Programa de recuperación de suelos degradados y la Ley de Riego.
LA DESERTIFICACIÓN
A la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas, se le denomina desertificación. Es un proceso en que intervienen fenómenos naturales, pero que tiene directa relación con diferentes acciones humanas.
Se estima que el 70% de todas las tierras secas están afectadas por la desertificación, con una superficie de 36 millones de km2, en donde los países con menor desarrollo son los más afectados por ese fenómeno.
En Chile, un diagnóstico elaborado para CONAF por la Universidad de Chile en el año 1997 determinó que el 93% de las comunas de Chile están desertificadas y que el 63% del país posee distintos grados de avance de la desertificación. Las principales zonas afectadas se ubican en el norte, en áreas donde predomina la pobreza rural y se calcula que se extiende por el país a un ritmo de 6 mil hectáreas anuales.