El 16 de abril de 2008 nunca se le podrá borrar de la cabeza a Yasna Provoste Campillay. Ese día, por 20 votos contra 18, el Senado de la República la destituyó del cargo de ministra de Educación luego de resolver la acusación constitucional que presentaron diputados de derecha, debido a las irregularidades en el pago de subvenciones escolares (262 mil millones de pesos chilenos) que fueron detectadas por la Contraloría General de la República.
De ese hecho han pasado largos cinco años, tiempo que duró la suspensión de todo ejercicio de puesto público especificado por la ley. Entre medio, fue secretaria ejecutiva de la Concertación, participó en reuniones de comité político de La Moneda como representante de la oposición y resultó elegida presidenta de su partido, la Democracia Cristiana, en la Región de Atacama, sitial que ejerce en la actualidad.
Provoste ya anotó su nombre para las primarias distritales que la falange tendrá en Vallenar. Su objetivo: volver al mismo Congreso que le cortó las alas cuando su carrera política iba en franco ascenso.
– ¿Qué sentimientos se le vienen a la mente ahora que retorna a la política activa tras estos cinco años de destitución?
– Sin lugar a dudas que esto queda marcado no sólo en la vida republicana, sino también en lo personal ante una situación que fue de gran injusticia. Ahora, en el fondo, esto tampoco me ha hecho abandonar mi camino de convicciones y de servicio público, el humanismo cristiano y el interés de apoyar las transformaciones de cambio de la sociedad desde la política. Es por eso que en un momento muy especial, inscribí formalmente mi nombre como candidata a diputada por el sexto distrito, que es donde yo vivo, nací y crecí y en el que esperamos representar a la gente de nuestra zona. Vamos a participar en un proceso de primarias internas y seguir todos los pasos necesarios, de manera de llegar a la papeleta en noviembre, si Dios quiere.
– Usted en todo este tiempo ha podido ver de cerca el actuar de la derecha en el poder. ¿Cómo evalúa su desempeño?
– Estoy como la gran mayoría de los chilenos y chilenas califica sobre este gobierno: lo ha hecho mal. Creo que se le acabó la agenda. Este espectáculo que hemos visto de una ministra de Estado y una parlamentaria (Evelyn Matthei y Marta Isasi) habla de la crisis profunda que vive La Moneda, donde los mismos aliados tienen estas diferencias, no sólo semánticas, sino que también de que ya no tienen qué ofrecerle al país.
– Estos meses serán de campaña de primarias en la oposición y el oficialismo. En la derecha están Andrés Allamand y Laurence Golborne, ¿cree que uno de estos dos candidatos puede hacerle competencia a Michelle Bachelet, que aparentemente va a ser la candidata de la Concertación?
– Nuestro pensamiento tiene que estar puesto en organizar unas primarias en junio de manera muy masiva. Esto va a movilizar mucha energía y va a ir poniendo lo que será en noviembre de este año. De la derecha tendrá que ocuparse el «rey del desalojo» (Allamand) y a los que quieren apoyar a su rival del retail (Golborne). Nosotros vamos a estar pensando en lo que el país necesita y motivando para que el mundo independiente participe y apoye este proceso, de manera que el nombre que se inscriba por parte de la oposición tenga un gran apoyo ciudadano en algunos meses más.
– En la elección interna de la Concertación, ¿usted cree que va a haber un clima crítico hacia Bachelet? Así se ha visto a Andrés Velasco y Claudio Orrego, que han incluido discursos cuestionadores hacia ella y su entorno.
– Yo creo que aquellos que no tienen ideas ni planteamientos para el país, siempre utilizan como campañas referirse al otro, con descrédito. Por nuestra parte, espero que nuestro proyecto en base a ideas claras sea el que prevalezca.
Fuente: Cambio 21