El estrés laboral en los funcionarios penitenciarios de Atacama

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gendarmes

Hace un par de años atrás, me acerque al ex psicólogo del Centro de Detención Preventiva de la ciudad de Vallenar, Adonay Pizarro, para plantearle la idea de realizar un trabajo de sistematización estadística con alguna problemática penitenciaria de dicho recinto penal.

Dicho profesional accedió de buena forma a mi planteamiento, y ambos nos propusimos realizar un levantamiento estadístico con información relevante. Lamentablemente, por circunstancias de la vida, Adonay falleció a principios del año 2013 en un accidente automovilístico, por lo que nunca pude entregarle los resultados del trabajo.

Este procesamiento de datos no conto con ningún incentivo de tipo monetario de parte de ambos, y particularmente me servía a mí como una forma de pre estreno de otro instrumento que diseñe para otro trabajo como consultor privado.

De una u otra forma, este artículo en forma muy sintética muestra parte de este trabajo, el cuál mediante escalas de medición validadas por la comunidad científica y procesadas mediante el paquete estadístico SPSS, entregan información relevante acerca de los factores de estrés que afectan a los funcionarios penitenciarios de la región de Atacama.

En un país donde la prensa lucra con el miedo de la población a la delincuencia, el problema político y mediático queda solo en la represión y en la construcción de más cárceles. Pero ¿quién vela por la salud mental de sus funcionarios?

Para este trabajo se utilizó una encuesta que Adonay en forma interna aplico a funcionarios de los tres penales que existen en Atacama, Copiapó, Vallenar y Chañaral. Las condiciones eran que fueran funcionarios que tienen contacto con los internos en forma periódica. Recogiendo datos de Gendarmería Copiapó y comparándolas con el número de encuestas contamos con un total de 136 funcionarios penitenciarios: 71 del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Copiapó, 37 del Centro de Detención Preventivo de Vallenar, y 28 del penal de Chañaral. En total 136 funcionarios penitenciarios.

Con datos del año 2011, podemos plantear que la cárcel de Copiapó concentra el 52,2% de los funcionarios que tienen contacto con los reos. En contraposición a los penales de Vallenar y Chañaral con el 47,8%. Hay que considerar que el penal de Copiapó mantiene 869 internos para solo 71 funcionarios, transformándose hasta la fecha antes mencionada en la cárcel más hacinada del país. En cambio Vallenar y Chañaral, tienen 64 funcionarios para más de 400 internos.

La balanza es desigual, debido a que Copiapó tiene solo 6 funcionarios más en relación a los otros dos penales, teniendo más del doble de internos en relación a las dos ciudades mencionadas anteriormente. El hacinamiento de Copiapó es de más del 244%, con una cárcel con capacidad instalada de 252 internos, al año 2011 tenía 869 reos.

Este trabajo tuvo como objetivo describir y explorar el problema del estrás laboral en los funcionarios de Gendarmería de Atacama. Un gran problema social en donde estos trabajadores y trabajadoras, no son prioridad en un sistema carcelario que se encuentra en crisis.

El estudio fue de naturaleza cuantitativa, exploratorio/descriptivo, con diseño no experimental y muestreo no probabilístico.

Entendiendo el estrés laboral como una realidad que se hace patente en todas las ocupaciones y profesiones, un problema que acarrea costos económicos a las organizaciones, además de incluir problemas emocionales con el entorno social y laboral de quién lo padece.

De este modo, buscamos descubrir las principales causas del estrés laboral de los Gendarmes y proponer algunas medidas de mitigación ante este creciente problema que afecta a este sector ocupacional, con presiones de otro nivel, que implican hasta su seguridad personal.

Para esto, a través de las escalas de medición “Apgar familiar” y “Escala de estrés laboral”, se midieron los niveles de estrés de los funcionarios penitenciarios, en relación al entorno social en que manejan sus relaciones interpersonales. Esto en relación a su familia y al desarrollo organizacional que rige a los funcionarios de Gendarmería. Lo que muchas veces implica un desgaste físico, emocional y social, entorno propicio para poner a prueba todos sus recursos personales frente al estrés laboral y al manejo de sus relaciones humanas.

El lugar de trabajo del gendarme es la cárcel, este de por sí es un ámbito cotidiano especial, un lugar social de nulo prestigio social y a la vez blanco de mucha atención por parte de la opinión pública.

Dentro de las múltiples complejidades de la labor penitenciaria, se pueden citar tareas que exigen una notable dificultad, peligro a la propia seguridad personal, implicación emocional, conflictividad frecuente, exposición pública constante y escaso reconocimiento social.

A esto se une que esta labor está en continua vista de la opinión pública, porque la cárcel y las actitudes de los funcionarios con los internos, pueden traducirse en motines, fugas o desmanes internos. Por tanto fuente de rating y ventas de periódicos para la prensa nacional.

Es un gran problema mediático el que existe, debido a que el pensamiento mayoritario en la sociedad, no se posa sobre las condiciones de vida de los detenidos, ni de las condiciones laborales de los agentes penitenciarios; salvo que ocurran episodios que llamen la atención, sobre todo en los medios de comunicación y que se consideran un atentado a la seguridad pública.

La cárcel como ámbito laboral tiene características propias que hace que también el trabajo del funcionario penitenciario, tenga rasgos que no comparte con la mayoría de otros trabajos. El agente penitenciario se transforma para quienes están detenidos y condenados, en el fantasma de su condena, formando parte de un trabajo altamente estresante; donde la seguridad personal de los funcionarios penitenciarios no se encuentra asegurada.

Todo lo descrito conduce a pensar que los derechos humanos de los Gendarmes se encuentran en una constante tensión por su directa relación con personas que infringieron la normativa legal.

Los índices de estrés en funcionarios penitenciarios, se extienden dentro del personal y posiblemente irían en aumento con el tiempo, esto se debería principalmente a que existen muchas fuentes de estrés, tales como:

Las condiciones relacionadas con la organización, tales como bajo número de personal, horas extraordinarias y trabajo por turnos, recursos laborales relacionados al estrés, incluyendo la amenaza de violencia por parte de los reclusos, demandas y conductas manipuladoras y problemas con los compañeros/as de trabajo, pobre imagen pública, muchos funcionarios/as no pueden permanecer junto a su familia, porque la institución los requiere para horas extraordinarias, la problemática del estrés en trabajadores penitenciarios afecta su empleo, salud física y mental, a los equipos de trabajo, sus familias, los reclusos, la organización y a la sociedad y el ámbito laboral penitenciario es exigente y desgastante a causa de la atención simultanea a varios frentes de potencial conflicto: La relación con cada uno de los internos entre sí, la relación con la jerarquía superior y con la familia, entre otros.

DATOS PROCESADOS

El cruce de los datos es un tanto extenso, por tanto solo daré una pincelada de los principales hallazgos, del cruce de las variables de los antecedentes generales, más las dos escalas de medición que se utilizaron.

El tiempo que pasan con su familia, fue la variable más crítica asociada a la escala del Apgar Familiar (casi el 42% declara no sentirse nunca satisfecho).

La variable “personal insuficiente”, entregaron altos índices de estrés, más del 57% de los consultados manifestó esta opción.

Más del 66% de los consultados las “pocas posibilidades de ascender en la institución”, les provocan altos niveles de tensión.

Los bajos sueldos, son una importante variable de estrés laboral en los Gendarmes.

“La falta de reconocimiento en el trabajo”, obtiene más del 50% de altos índices de estrés en los funcionarios.

Personal con nivel de ingresos superiores, son los que declaran mayores niveles de estrés laboral.

Quienes presentan nulos niveles de endeudamiento, son los que más insatisfechos están, con el poco tiempo que pasan en familia.

Lo segmentos con mayores niveles de endeudamiento, son los que presentan mayores niveles de estrés, por el personal insuficiente de la institución.

El problema del estrés en los funcionarios penitenciarios es grave, donde las políticas de cambios en la institución se enfocan primordialmente en las mejoras de infraestructura de las unidades penales. Sin embargo no existe aún una política institucional que trate con el recurso humano, principalmente de aquellos que tienen trato directo con los reos, los que viven el encierro y forman parte de la vida diaria de los internos.

Este es un trabajo altamente estresante, peligroso, con bajos sueldos, turnos extenuantes, con traslados a otras unidades penitenciarias y con escasas posibilidades de ascender. Esto se traduce a que entre los años 2009 y 2010 fueron de dados de bajas más de 200 gendarmes en Chile, por diferentes delitos de corrupción dentro de los penales.

Por tanto es necesario que la Institución que tiene graves problemas de hacinamiento carcelario, no solo limite su ámbito de acción a realizar nuevas licitaciones para la concesión de cárceles concesionadas, sino que implemente en forma paralela una mejora de calidad total en relación a sus funcionarios, principalmente el que trabaja directamente con los reos.

Es fundamental no solo incentivos en la escala de sueldos y en la carrera funcionaria, sino una política institucional integral, que realice programas permanentes de reducción del estrés laboral en todas las unidades penales del país. Iniciativas existen, pero son aisladas de tal o cuál recinto penal, y que dependen de la iniciativa de algún funcionario comprometido con su trabajo.

Es fundamental también trabajar con la familia, debido a que muchos de los problemas laborales del funcionario son llevados a su casa. Según los resultados de los instrumentos de medición utilizados, existe un fuerte apego y sentimientos de protección de los gendarmes hacia su entorno familiar.

Implementar una política integral pro recurso humano, solo reporta beneficios. Los programas de reducción al estrés laboral, ahorran recursos económicos, debido al alto número de funcionarios que se enferman y hacen uso de las licencias médicas.

También mejora el desempeño laboral, los programas destinados a disminuir los niveles de estrés, refuerzan la moral de las personas, estas son más productivas cuando su autoestima es más alta.

Existe un aumento de la seguridad institucional, debido a que los programas anti estrés reducen las distracciones. Por ejemplo si un funcionario se encuentra perturbado en su salud mental, puede tener un mal manejo con los reclusos lo que puede ocasionar disturbios al interior del penal.

Los programas de reducción al estrés, fomentan el trabajo en equipo y promocionan mejoras de las relaciones laborales.

Todas las iniciativas para reducir el estrés, unidas a instalaciones deportivas adecuadas, jornadas de auto cuidado, capacitaciones, promoción de derechos, clases de yoga, espacios de convivencia laboral adecuados, etc., son beneficiosas para la salud mental de los gendarmes.

Gendarmería de Chile como Institución del Estado, a través del Ministerio de Justicia, tiene un sitial privilegiado para realizar convenios institucionales con otros órganos del aparato estatal, ligados a la salud, deporte, cultura, capacitación, etc. El objetivo sería potenciar un trabajo estratégico integral, con esta abandonada e importante ocupación laboral.

 

 Jorge Omori Varas

Sociólogo

 

 

 

 

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