Las últimas precipitaciones fueron una bendición para los vecinos de la provincia del Huasco, que esperaban estas lluvias durante gran parte del invierno, sin embargo, hubo familias y trabajadores que no la pasaron bien con el agua caída.
Y son precisamente, algunos agricultores y crianceros del valle, quienes vieron como las precipitaciones les trajo una serie de daños, al destruir sus invernaderos. “Estamos contentos por la agüita que cayo…hizo sus daños, pero nada grave”, dijo Raúl Pizarro, hortalicero de la localidad de Camarones.
Cabe destacar, que la comuna de Vallenar se caracteriza por sus primores que se consiguen por el clima y sus cultivos bajo plástico, y es acá donde por la escasa precipitación que presenta la zona, se construye un invernadero tipo parrón español de techo cuadrado sin desnivel, para agua lluvia, razón por la cual, colapsan. El tipo de invernadero, que es propio de Vallenar y es conocido en el mundo agropecuario como invernadero tipo Vallenar, sufrieron daños menores que les complica, pero no les quita las ganas de seguir trabajando.
Mientras que, en el rubro de los crianceros, la lluvia caída es una bendición, el daño inmediato es la falta de forraje por la nieve, las muertes de cabritos por bajas temperaturas y sus corrales en mal estado. Son parte de los daños, pero el agua caída es sin duda un beneficio para el mundo agrícola y crianceros, que una desgracia. Los crianceros, a pesar de la situación, ven con optimismo este año y seguirán tras los pastos en esta soleada y desértica tierra de Atacama. Dicen que tiene sus pro y sus contra.
