Las peleas en las historietas antiguas pueden parecer un verdadero juego de niños si se las compara con las de los superhéroes que se toman la pantalla hoy.
Y es esa violencia desmesurada la que según Sharon Lamb, psicóloga de la Universidad de Massachusetts, termina siendo un mal ejemplo infantil. «(El superhéroe actual) es demasiado parecido a un héroe de acción que utiliza la violencia sin parar, es agresivo, sarcástico y rara vez habla de la virtud de hacer el bien para la humanidad».
«Estos hombres, como Iron Man, explotan a las mujeres, hacen alarde de lujos y transmiten su virilidad mediante poderosas armas», agregó la experta en la Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología.
Según un estudio realizado por su equipo a 674 niños de entre 4 y 18 años, a través de estos personajes se entrega una versión restringida de la masculinidad, mostrando sólo dos estereotipos: el hombre agresivo y el flojo, pero simpático.
Impacto mayor
Otro estudio, encabezado por Carlos Santos, de la Universidad Estatal de Arizona, analizó la capacidad de los niños de resistirse a los modelos presentados por los superhéroes. Según concluyó, los niños que no adoptan el comportamiento machista de los personajes tienen mejor salud psicológica en la adolescencia.
Valeria Rojas, neuróloga y presidenta del Comité de Medios de la Sociedad Chilena de Pediatría, está de acuerdo con este planteamiento: «Los modelos que se les presentan a los niños van moldeando su estructura mental y emocional. Y con los superhéroes actuales la influencia es mayor, porque los niños están más tiempo frente a la pantalla de lo que estaban antes frente a los cómics. Además, se sabe que el impacto emocional es más grande cuando hay imágenes en movimiento y con sonido que cuando se trata de una imagen inanimada en papel».
Según su análisis, «el contenido que entregan estos personajes es inadecuado para los niños porque ellos no tienen capacidad de reflexionar sobre las conductas que se les muestran. Y el problema es que la violencia en la pantalla influye en la violencia de la sociedad actual».
Para evitar esta consecuencia negativa, lo mejor, dice la doctora Rojas, es limitar el tiempo de exposición de los niños a estas imágenes.
También es buena idea ver junto a ellos las películas o series, «para demostrarles el ‘lado b’ de la conducta violenta. Decirles, por ejemplo, ‘¡qué adolorido debe haber quedado el personaje al que le pegaron tanto!'», explica la especialista.
Sin embargo, hay expertos que no avalan esta teoría. Ana Vergara, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Diego Portales e investigadora de la relación entre niños y televisión, cree que es difícil que un modelo televisivo pueda moldear la forma de ser.
«No creemos en el paradigma de la influencia, menos en el tema de la violencia», dice.
Vergara no ha trabajado el tema de los superhéroes, pero sí el de los personajes televisivos en general, y según su experiencia, los niños son críticos de lo que ven en la pantalla. «No se identifican directamente con el personaje, más bien reflexionan y toman distancia. Tienen un proceso de discriminación y comparan al personaje con su propia vida diaria
Fuente: El Mercurio