Rigor y Afecto
Aquella leyenda escrita en uno de los cerros de un predio de Curacaví, en donde se ubican las canchas de entrenamiento y formación para los futuros oficiales de Carabineros dice “Rigor y Afecto”, frase que fue testigo del sacrificio físico y emocional de aquellos Aspirantes a Oficiales que vieron partir a dos de los suyos, quienes formados por el rigor de cada orden y actividad física y contenidos por el afecto de quienes están a cargo de su formación, han debido enfrentar el como dos camaradas de armas que probablemente guiados por el mismo cariño, entusiasmo e ilusión por ser parte de la institución, debieron partir antes al sueño eterno e inscribirse como mártires de Carabineros. Independientemente de las causas de sus muertes, es una noticia que impacta, al señalar como estos jóvenes que guiados por la vocación de servicio al país, entregaron las comodidades del hogar y el cariño de sus familias para cumplir con aquellos sueños de infancia.
Sentimientos de tristeza me surgen al ver y escuchar en los medios de comunicación esta trágica noticia, aún mas triste cuando se trata de dos jóvenes, que tal como la gran mayoría de los estudiantes que recientemente fueron parte del proceso de ingreso a la educación superior u optaron por otra vía para continuar con sus estudios, pusieron sus sueños en servir a nuestro país, siendo parte de una institución que, cuestionada o no, cumple una función de suma importancia para la comunidad nacional; ilusiones y esperanzas que luego de un largo proceso de postulación se vieron concretadas en el ansiado ingreso a la Escuela de calle Antonio Varas, aumentando así sus deseos de grandeza y apertura hacia un mundo para muchos desconocidos, en donde se entregan valores y se forma la templanza, el espíritu de cuerpo, la fraternidad, confirmando la vocación por el servicio público, en una actitud de franca colaboración hacia los demás.
Estas ilusiones de desarrollarse y crecer, de co-construirse a partir de la enseñanza, de los valores y de los objetivos, es aquella que cada ser humano posee y anhela en lo mas profundo, puesto que es la motivación que nos lleva a desarrollarnos como sujetos capaces de aportar a nuestra sociedad pero principalmente a autorrealizarnos como seres humanos. Cuesta no visualizar nuestro futuro, casi siempre estamos pensando y sintiendo en lo que queremos hacer y lo que deseamos, es en ello donde radica la fortaleza para seguir adelante, con objetivos que debemos cumplir, pero cuesta imaginarse que esos mismos sueños puedan derrumbarse de un día a otro. Muy probablemente, actuamos con cautela, cuidado y precaución, no queremos dañarnos ni dañar a los nuestros. Sin embargo, al tomar decisiones como aquellos dos aspirantes trágicamente fallecidos, en donde desde el primer momento en que se ingresan a la institución se asume el juramento “entregar la vida si fuese necesario” y es justamente ello lo que ocurre, no por propia voluntad, sino que por estar sujetos a la mística que imprime este tipo de instituciones y el sentimiento que surge al formar parte de las mismas.
No me queda más que señalar mis respetos para estos dos mártires y mis condolencias para sus familias, con la certeza de que serán recordados eternamente por la consecuencia de sus objetivos y sus firmes deseos por servir a nuestro país.
Gonzalo Opazo Álvarez
Psicólogo
Ex – Aspirante a Oficial de Carabineros