¿Qué gran Noche!
Por Juan Gálvez Gómez
Comunicador social
Sin duda, para los miles de fanáticos que repletaron el Estadio Nacional, de Santiago recientemente, fue una noche memorable, una cita imborrable con una leyenda de la música, en todo el mundo, el pasado 11 de mayo.
Ahí estuve yo, casi por casualidad. Fue un viaje normal como el de tantos que uno de provincia realiza a la capital, por temas familiares, trámites, por salud, que sé yo, siempre hay un trámite importante que realizar en la capital. Pero bueno, ahí estaba yo.
Bueno, llego a Santiago, y en medio de los temas que motivaban mi viaje, una gran sorpresa: “Papá, mi regalo de cumpleaños, atrasado, pero aquí está”,.. Dos tickets para ver a Paul, .. si Paul McCartney, el de los Beatles, ese aquel que tantas veces, presenté en mis programas de radio, y que he visto en un centenar de videos, y escuchado tantas veces en la radio. Aquel que llaman toda una leyenda, estaba en Chile, y yo sería uno de los miles de invitados a la gran cita. Fanático no soy, pero si un seguidor y admirador de la música de los Beatles, y esta si era una Gran Oportunidad de estar presente en un megaevento de esos que en provincia ni siquiera imaginamos llegar a ver.
Bueno, dije yo, “Paul, allá vamos”, y sin mas ni menos, allí estaba en medio de un mar humano, con mi hija, con una carita feliz y dichosa junto a su padre, siendo cómplices de una gran escapada, ese carrete que tantas veces pudo tener con los amigos, con el pololo, pero esta noche era con su papá, y así los disfrutamos.
La espera fue larga, tantas horas de pie en medio del gran Estadio Nacional, a un lado un rafta con su chica disfrutan y gozaban en su onda con un “pito” de marihuana. En otro lado un matrimonio mayor, sorteaban estoicamente la espera, refunfuñando por el olor que ya comenzaba a sentirse fuertemente. Mas allá un matrimonio joven y su hija pequeña en brazos, se daban fuerzas para pasar la espera, y delante nuestro unos hiperventilados fanáticos, que no se cansaban de repetir, la biografía de “Sir Paul” o que era o no era el original. Luego de apasionadas discusiones, el consenso, “igual como sea compadre, estamos frente a una leyenda y ahora si me puedo morir tranquilo, ¡¡Grande Paul!!, gritaban inadvertidos en medio de tan ensordecedor ambiente. Las cámaras fotográficas, los celulares, se convirtieron en el aliado perfecto para muchos,.. tocar el gran escenario.
A pesar de ver prácticamente en miniatura al Gran Paul, dos pantallas gigantes nos mostraban detalles de un espectáculo inolvidable, para muchos, simplemente el mejor que han visto, en mucho tiempo.
Canciones como, “Something”, “Hey Jude”, “Give peace a chance”, “Hello good bye”, en fin mas de 30 canciones, que por cerca de dos horas y media, hicieron las delicias de cerca de 50 mil fanáticos. Unos lloraban con sus canciones, otros se transformaban y entraban en éxtasis como cuando interpreta “Live and let live”, en medio de un espectáculo pirotécnico que junto a los miles de celulares encendidos por todo el estadio, creaba un ambiente, sencillamente, Espectacular.
Era increíble ver tanta pasión por un rato. Yo pensaba, aquí quedan de lado tantas cosas, preocupaciones, problemas, diferencias, estilos, todos en medio de la multitud con una sola gran pasión: la música, y estar frente a un historia viviente que a muchos transportó al pasado, un encuentro con los mejores momentos de su vida, tal vez, de muchos de los que allí estaban. O como el señor, que a mi lado, cantaba y gritaba y no alcanzaba a dimensionar el estar allí, “no este es un sueño,”gueòn”, “cuando chu…”, me iba a imaginar, estar aquí,.. que hago, grito,… lloro,… dime qué hago, no lo puedo creer”.
Si ahí estaba yo, saliéndome un poco de mi habitual pasividad y formal actitud. Suéltate hombre, pensaba. Es un momento de pasión y no son muchas las veces que uno puede decir,… esta fue Una Gran Noche,.. Claro que lo fue,..