Seguramente usted habrá escuchado hablar alguna vez sobre la misteriosa isla Friendship, en el sur del país, donde supuestos sacerdotes “sanaban a la gente de cáncer”. El tema se hizo conocido en la década de los noventa y se difundió a través del programa Ovni de Patricio Bañados.
Ernesto de La Fuente, ingeniero, sonidista retirado de la TV, documentalista y cineasta, fue uno de los pocos que han estado en la isla y que se sanó de cáncer. De la Fuente, vive con su señora en Freirina y está bastante aquejado de salud, sin embargo, llegó hasta Vallenar para orientar a quienes organizan el encuentro ufológico de agosto próximo y conversó con este medio.
“Esto comenzó cuando yo me fui de colono a Chiloé, que no tiene nada que ver con Friendship, porque la isla está como a 1500 kilómetros de distancia. Yo estaba solo en la isla. Estaba tan solo que me compré una radio y conocí a una persona que tenía un yate. Se llamaba Alberto y nos hicimos amigos. Conversábamos sobre los problemas que teníamos, sobre que no pudo pagar el yate, los problemas madereros que tenía yo, y así. Tenía muchos problemas económicos, pero un día me llama y me dice que se acabaron los problemas, y me cuenta que consiguió trabajo con unos curas extraños en la isla de Los Chonos. Así me hice amigo del dueño del yate y hablábamos por radio, y así comenzó el contacto”, relata De la Fuente.
En esas conversaciones radiales, no sólo participaba De la Fuente sino que un sinnúmero de personas que también a través de este medio tomaban contacto con los amigos de Friendship. Las conversaciones derivaban en diversas preguntas. cuyas respuestas dejaban asombrados a los interrogadores.
“Cada uno los llevaba al área que uno conocía. Yo hice un post grado en Física y teníamos unas conversaciones, que para que le cuento. Todos se llamaban Manuel, Samuel, Emanuel, Rafael, y ellos decían ser una Congregación Religiosa que se estaban instalando en una isla en el archipiélago de Los Chonos”, dice el ingeniero.
“¿Quién ha buscado la isla?. Nadie. Pero tampoco es muy fácil encontrarla, porque nadie la ha buscado”, añade De la Fuente.
“Yo los conocí, trabajé con ellos, me hicieron grandes favores. Ellos me querían emplear, que trabajara con ellos, pero me corrí, porque eran cuestiones paranormales y tenían que guiarme. Me insistían que para hacer estas cosas debía tener el cerebro limpio. Yo tomaba como lo hace la gente, un traguito, pero fumaba como condenado. Tuve muchos problemas económicos, sentimentales y me separé… Me corrí de ellos”, relata.
“Cuando me diagnosticaron cáncer, se me vino el mundo abajo. Coincidió con mi separación, sin familia y solo en mi parcela. Volví al vicio de la radio y aparecieron ellos nuevamente. Me dijeron que sabían de mi problema y que me fuera donde ellos. Me habían invitado muchas veces y me corrí. Y como oveja me entregué a lo que fuera. Llegué donde me dijeron a embarcarme y lo hice”.
Según la descripción que el mismo hace, su edad fluctuaba entre los 35 y 55 años. Su cabello sería rubio oscuro, ojos claros y su piel era algo tostada. Su altura supera con creces la del chileno promedio. “Lo que mas llamaba la atención era la paz que irradiaba su presencia” dijo. El resto de la historia, De la Fuente la relatará en el encuentro ufológico.
Fuente y foto: La Estrella del Huasco