Violeta Godoy Ocayo es una conocida dirigente vecinal, actualmente Presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Urbanas. Dice sentirse orgullosa de ser vallenarina, aunque se reconoce como una mujer de campo, de esas que dicen las cosas de frente aunque haya a veces que ser dura para hacerse escuchar. Y es que en su infancia tuvo el ejemplo de sus padre: Amanda y Rogelio, allá en su “pequeña Patria” de Vizcachitas y Agua Amarga, en donde aún habita su madre. Siete hermanos, junto a sus tres hijos: Luis, Carolina y Laura, y su esposo, conforman su núcleo fundamental, ese que apoya y reconforta en los momentos adversos.
Por estos días, Violeta es candidata a concejal por Vallenar en las próximas elecciones municipales del mes de octubre. Hermoso desafío, el cual se toma con humildad y con la esperanza de poder lograr un lugar dentro del concejo local.
Reconoce que se han hecho grandes inversiones para beneficio de la comunidad, pero piensa que todo eso bueno que se ha hecho, a veces, queda un poco nublado con las cosas que no se han hecho y que aún esperan su momento para concretarse. Dice que a Vallenar le falta satisfacer necesidades básicas, como por ejemplo arreglar las calles, y sobretodo, escuchar a los vecinos para que planteen ellos sus propias problemáticas.
Percibe cierta molestia en la población ¿Por qué si se están haciendo tantas cosas?
“Algo ocurrió, algo nos separó. Hay un descontento en la gente, a veces de la gente más humilde que no es tan cercana al municipio, y pasa eso, principalmente por el hecho de no escucharnos. A lo mejor los que estamos cercanos sabemos lo que se está haciendo, pero los demás lo ignoran y por lo tanto están molestos”
¿Cómo nace su interés en llegar al municipio en el cargo de concejal?
“Desde hace bastantes años, desde que salió el diputado Robles, que estoy trabajando en campañas. Algunas en que me han pagado para trabajar por el candidato, y en otras en donde he trabajo simplemente por el hecho de que creo en las personas que podrían haber hecho algo. Y precisamente en esas situaciones de andar haciendo campaña, muchas veces la gente me preguntaba ¿Por qué no usted? Bueno, de eso han pasado bastantes años, más de diez años, y ahora creo que es nuestro tiempo”
Y decidió dar el paso: presentarse como candidata al Concejo Municipal de Vallenar. Por cierto, tarea nada fácil, ya que históricamente a los dirigentes vecinales les ha sido esquivo el ingreso a dicho cuerpo edilicio. Varios dirigentes lo han intentado anteriormente pero con poco éxito. Problemas de recursos, especialmente por no pertenecer generalmente a algún partido político, ha sido el principal escollo a salvar. Sin embargo Violeta, apoyada ahora por el PRI, espera revertir esta situación y lograr que un dirigente vecinal acceda al Concejo. Dice sentirse cómoda con el trato que ha recibido en este partido, en donde no le han impuesto ninguna ideología o estrategia partidaria. Dice que ahí la han escuchado y le valoran su labor con los vecinos.
“Creo que va a haber una renovación de personas, renovación de autoridades, y creo que es nuestro tiempo, de muchas personas, de jóvenes que van, damas también y ojala sean hartas”
Violeta confiesa que cuenta también con el apoyo de su familia, pese a que, como todo trabajo social, ha debido postergar en ocasiones al grupo familiar para dedicarse a la gente, y ahora, en el caso de ser electa concejal, sus cercanos piensan que “me perderían para siempre” Sin embargo ellos saben que esto es lo que le gusta a ella, el trabajo social o “andar metida en las patas de los caballos” como ella misma lo define. En pocas palabras: es su sentido de vivir.
A la hora de presentarse ante los electores con propuestas de trabajo, Violeta se muestra cauta. Sabe perfectamente que los concejales tienen aún facultades muy limitadas. Por eso mismo no quiere caer en la demagogia de ofrecer el oro y el moro al electorado vallenarino. Pese a ello, tiene una visión clara de cual sería su rol en caso de ser electa en octubre próximo.
“Lo único que puedo ofrecerles a las personas es mi trabajo. Soy una persona responsable y quiero trabajar, dentro de lo que se pueda en el concejo. Si bien tenemos claro que el concejo tiene sus facultades de ser normativo, resolutivo y fiscalizador, tiene también el gran deber, que han olvidado los actuales concejales, que es integrar a la comunidad, comprometerse a trabajar con ella, un trabajo en equipo. Por lo tanto, si voy a llegar al concejo, si se da, llegaré con una mentalidad absolutamente de mejorar, de cambiar, de renovar, de reorganizar todo lo que está para que aprendamos a trabajar sobre todo, en terreno”
¿Cuál sería el mensaje a los jóvenes, a estos nuevos electores que participarán en la próxima elección?
“Bueno, los jóvenes hoy en día están muy inteligentes, muy preocupados de quienes van a ser sus autoridades porque tienen que entender que los van a regir por unos buenos años, entonces, a votar pensando en la persona, pero no por el hecho de que me conocen a mí voy a votar por ella, así como pobrecita para que por lo menos saque unos votitos. No, no es así, las personas que realmente ellos crean que tienen capacidades, experiencia en trabajar con la comunidad, hay que apoyarlas”
Está conciente de que el Vallenar de hoy sufre problemáticas cada vez más complejas, tales como la congestión vehicular, la falta de calles más amplias para solucionar justamente este problema, los perros vagos, las calles sucias, etc., y por eso reafirma su compromiso de poner todo su esfuerzo en la resolución, en conjunto con la comunidad, de estos inconvenientes que afectan a una urbe que crece y se expande cada día.
“Soy una convencida de que Vallenar va a mejorar. Vallenar va a cambiar, y tiene que cambiar su mentalidad, su forma de ver las cosas, de ser más participativo y con más motivación. A veces uno siente que Vallenar está deprimido, que nos entra la depresión de vez en cuando y eso no puede ser. Tenemos vida, estamos bien, entonces tenemos que seguir adelante
Violeta siente que esta es una oportunidad que le está dando la vida y por eso no está dispuesta dejarla pasar. En octubre espera que los vecinos y las vecinas de Vallenar se pronuncien, y reconozcan en ella a una mujer dirigente, capaz de desempeñarse como flamante concejal por Vallenar.