Sobre Tapia, Santana y demases

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Señor Director:

 

Quienes estuvimos presente en la ceremonia donde se llevó a efecto la asunción del nuevo Concejo Comunal y el inicio del segundo periodo del reelecto Alcalde de esta ciudad, nos fuimos bastante preocupados por diversas situaciones que allí se dieron, y que nos dejan en claro que después de lo ocurrido el 28 de octubre, o no aprendimos nada, o simplemente esta va a ser la forma que va a predominar en la política local, por los próximo – ojalá no sea más que eso – cuatro años.

La ceremonia empezó con un Alcalde bastante nervioso y preocupado. Se le notaba en su rostro que no estaba cómodo, y que definitivamente esto se daba en el peor de los escenarios imaginado por él y su grupo más cercano. Se emocionó cuando tuvo que despedir al único de los concejales perdedores que acudió este acto de encuentro con la democracia.

Al principio hubo tímidos aplausos por uno y otro lado, simpatías que se fueron haciendo más evidentes cuando comenzó el juramento, y allí la parcialidad que acudía a esta cita invitada por el señor Alcalde  se fue entusiasmando y con ello provocando discretas respuestas por parte de quienes se dieron cita para apoyar a los concejales del partido socialista.

Uno a uno fueron prestando su juramento los diferentes concejales. El primero en salir fue el señor Santana, y con ello se puso en marcha lo que a mi juicio fue algo torpemente planificado: un grupo de vallenarinos, entre los cuales se encontraban varias personas cercanas al señor Alcalde, lideradas por el Presidente del Colegio de Profesores,  irrumpen en la ceremonia, generando malestar y expectación en la concurrencia, ya que comenzaron a proferir insultos al señor Santana y demás concejales socialistas, lo que fue seguido por varios asistentes – yo diría activistas- que les recordaron con nostalgia lo que pasó con el Señor Verdugo.

Esta situación generó el repudio de quien la oficiaba como maestro de ceremonia y de la secretaria municipal, quienes a todas luces se notaba que no formaban parte de esto e hicieron esfuerzos infructuosos por que las “visitas” desalojaran el salón principal del Centro Cultural.

Aquí surge la figura del Alcalde, quien de la preocupación y el nerviosismo inicial, pasa a enarbolar un discurso ambientalista de culto, confundiendo el escenario del Centro Cultural, donde asistíamos personas de diferentes sensibilidades, con una improvisada barricada en contra las transnacionales que día a día se llevan nuestras riquezas a vista y paciencia de todos nosotros.

Después de terminado el juramento de los nuevos concejales, los defensores de Freirina  y Huasco, salieron sin ningún problema para tranquilidad de un señor de apellido Collao, quién minutos antes había corrido raudo, a refugiarse  entre los invitados cuando estos “protestantes” ingresaron al Salón.

Cómo broche de oro de la ceremonia, un ahora empoderado Alcalde, cierra el acto con la repetición en el discurso -temprano fue en las imágenes- de un conjunto obras que están aprobadas, y que seguramente verán la luz en estos cuatro años que la ciudadanía le dio con escaso respaldo.

Es aquí donde el señor Alcalde comete su segundo error, el primero, ya está dicho, fue al haber permitido el ingreso de sus empleados cuando prestaban juramento los concejales socialistas. No contento con repetir algo que ya estaba dicho en el Power Point, insistió en un discurso poco inclusivo, muy provocativo y obstinadamente repetido desde los tiempos de la campaña, y por sobre todo de muy poca de humildad, y sí mucho de soberbia. Al señor Alcalde se le olvida que en Vallenar, aunque por estrecho margen, perdió la elección, y si salió reelecto, fue por la votación del sector rural, especialmente Domeyko.

No me cabe ninguna duda que los asesores del señor Alcalde no deben estar muy contentos; una vez la visceralidad emocional de su jefe le juega una mala pasada. Tuvo la oportunidad histórica de sumar al nuevo concejo en el afán de trabajar en beneficio del Vallenar que todos queremos, pero pudieron, una vez más, sus inseguridades y una animosidad en contra de Santana, y de quienes se encuentran cercanos a él, que a estas alturas ya nadie entiende.

 

Atte

Cochise

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