En el último mes de este año abrimos un nuevo espacio para el patrimonio y la identidad huasquina. Esa tradición cultural reunida como colectividad en el tiempo. Sabemos que se construye en un legado generacional sucesivo, de una multiplicidad y diversidad en donde personas y comunidades manifiestan esa herencia de características propias. Un sello identitario que se enmarca en este territorio resguardado entre cerros, rincones montañosos y senderos recorridos por nuestros ancestros de cordillera a mar.
Cuando hablamos de custodios de los patrimonios y la cultura de un lugar, podemos mencionar la labor de los museos, vitrina de esa diversidad a veces poco consciente y reconocida, pero llena de valores cada vez más cercanos, despiertos y lúcidos, jugando un papel importante en esa identidad de espíritu de las comunidades.
Hoy me refiero al Museo de Vallenar “Alfonso Sanguinetti Mulet”, también conocido por muchos como el Museo del Huasco, por su carácter provincial, cuya historia y patrimonio se vincula a la hermandad más allá de los límites administrativos, sino a esa memoria colectiva que sin duda nos une.
Somos un Museo nacido bajo el alero de un grupo de entusiastas y comprometidos educadores, como otras personas afines con deseos de proyectar cultura y patrimonio en la provincia del Huasco. Este grupo cultural llamado “Horacio Canales Guzmán” se formó con la intención de sembrar ese camino hacia el progreso cultural vallenarino, definiéndolo como un tiempo próspero, pujante y diversificado, sobretodo entre los años 1968 y 1971. En este proceso cultural es cuando nace un 28 de septiembre de 1968 el Museo del Huasco de Vallenar, de la mano de este grupo cultural, siendo su primer director don Alfonso Sanguinetti Mulet, también miembro de esta agrupación gestora, aportando al trabajo en terreno, al descubrimiento de nuestros parajes y esa convivencia cercana con la protección del patrimonio provincial.
Con certeza, podríamos agregar además que este museo es una obra huasquina comunitaria con aportes de autoridades, mineros, agricultores, comerciantes, profesores, estudiantes y muchos otros.
Por ello, y los pensamientos educativos potenciados en todas las iniciativas de esta agrupación y los propios directores que están presentes en la historia y proceso museal, han buscado fortalecer ese espacio no formal educativo, centrados en esa mirada patrimonial y de extensión desde el Museo a la comunidad, de manera amigable, democrática y flexible, aunque no menos laboriosa y rigurosa en enseñanza, reflejando nuestras raíces. Es así, como nacen rutas patrimoniales, recorridos de investigación, talleres de patrimonio, charlas históricas, concursos literarios reconocidos a nivel nacional, entre otros. Siendo muchas de estas actividades lideradas por el reconocido historiador y ex Director del Museo, Jorge Zambra Contreras, que en esa búsqueda incansable de la concientización y puesta en valor del patrimonio cimentó el inicio de este trabajo museal colectivo, colaborativo y recíproco del patrimonio educativo.
Indudablemente, en este nuevo ciclo de resguardo patrimonial en dependencias recientemente restauradas en enero pasado, guardamos una historia educativa entre sus muros, recuerdos de niños y niñas en salas de clases que hoy exhiben colecciones patrimoniales, cuyo patio de actividades culturales, en algún momento recibió los actos escolares de inicio de semana y el sonido de su campana para los recreos. En fin, esa escuela de niñas iniciada en la primera década del 1900 hasta inicio de los años 70, y que siguió vinculada al ámbito educativo, como internado municipal, recinto de la ex Escuela de Deportes, oficinas Extra Escolar Cultura del Departamento de Educación municipal y posteriormente, como de manera definitiva se convierte en el Museo “Alfonso Sanguinetti Mulet” de Vallenar que recorre su biografía y trayectoria entre educación y patrimonio.
Ruth Guerrero ParedesMuseo de Vallenar “Alfonso Sanguinetti Mulet”