La respuesta de la multinacional fue breve; de sólo de tres párrafos. Y aunque en ninguno fue explícita para comunicar que no va a construir el proyecto, lo cierto es que lo abortó. Tres claves entregó en esa línea: que el gobierno pidió «no instalar» la Central Térmica Barrancones en Ensenada Ramadilla; que el grupo «respeta» esa decisión de las autoridades, y que analizará otras alternativas mejores. Esas vías no pasan por una relocalización. Según afirman al interior de la compañía, las centrales no se relocalizan, pues cualquier variación requiere de un nuevo estudio de impacto ambiental, que demora entre cuatro y cinco años, que ellos no están dispuestos a hacer. Para el poderoso grupo energético GDF Suez -el tercero o cuarto más grande del mundo-, el proyecto se acabó y el caso está archivado. No va a recurrir a tribunales ni a organismos internacionales. Tampoco está dispuesto a quejarse por los recursos y años invertidos, unos dos o tres millones de dólares; ni menos inmiscuirse en contiendas políticas locales. Sí hacen ver que cumplieron con todas las normas y regulaciones ambientales de Chile, y con los estándares fijados por el Banco Mundial y la Unión Europea. Partidarios del proyecto lamentan lo sucedido y califican de compleja la señal enviada por la administración Piñera, pues advierten que la interpretación que deja este episodio es que cualquier proyecto de calificación ambiental puede ser derribado por razones políticas, a pesar de cumplir con la institucionalidad. En esa línea ven riesgoso que el Jefe del Estado aparezca influido por la presión de manifestaciones, tal como en su momento lo vivió Michelle Bachelet con la «Revolución pingüina» al principio de su gobierno. Complejo ven también cómo La Moneda va a enfrentar las decisiones que se avecinan en materia energética; entre ellas, la aprobación de centrales como Castilla, de 2 mil 300 MW, para enfrentar el déficit que se avecina a partir de 2014, si ese proyecto también es objeto de manifestaciones de rechazo ciudadano.
Bienes Nacionales inicia catastro de lugares para centrales
A una urgente «zonificación» de todo el país , para establecer los lugares donde se puedan emplazar compañías con externalidades negativas sin que pongan en peligro la biodiversidad, está abocado el Ministerio de Bienes Nacionales, que encabeza Catalina Parot. Una comisión, conformada por Bienes Nacionales, Medio Ambiente, Energía y Minería se reúne el lunes para definir una «macro-zonificación» del país y entregársela al Presidente. La ministra Parot descartó que la decisión del Presidente constituya una mala señal hacia el empresariado, postura que fue compartida por los ministros de Medio Ambiente y Energía, María Ignacia Benítez y Ricardo Raineri, respectivamente. Este último descartó, además, que la decisión pueda repercutir en otras iniciativas de generación termoeléctrica que actualmente están en trámite ambiental o bien en condiciones de iniciar su construcción.
Fuente: Mercurio