Algo de historia… La Pascua Trágica de 1931

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Fue en Copiapó donde un 24 de diciembre (día de nochebuena para los cristianos) un grupo de militantes del PC, también afiliados a la FOCH, intentaron de manera aventurera tomar por asalto el cuartel “Esmeralda” de Copiapó e iniciar la insurrección en el país.

En estos días de consumo complaciente con las necesidades de los grandes monopolios del retail, vale la pena algo de historia popular.

Corrían los primeros años de la década del ´30, había caído la dictadura de Ibáñez (el PC estaba en su primer periodo de clandestinidad), pero aún continuaban sin solución las demandas populares, cuando la tranquilidad del país se vio sacudida por violentos sucesos.

Todo esto enmarcado en la crisis del ´29 una de tantas que cada cierto tiempo ocurre por los reacomodos del capitalismo y las correlaciones de fuerzas y las consecuencias que traía sobre los países como Chile.

Estas condiciones llevaron a la proletarización de gran parte de la población del país. Quienes intentaron conducir primeramente el proceso fueron algunos elementos conscientes de la marinería que el 6 de septiembre en Talcahuano y Coquimbo se rebelaron apresando a los altos mandos y elaborando un pliego de peticiones en que las reivindicaciones económicas de los marinos rasos adquirían un contenido político al extenderse a toda la clase trabajadora del país.

La rebelión, que traía a la memoria a los marinos bolcheviques con conciencia de clase que participaron en la Revolución de Octubre, fue rápidamente aplacada por la aviación nacional en el primer combate aero-naval de la historia.

Cuando aún no terminaba el consejo de guerra a los marinos apresados, otro hecho violento sacudía al país y recordaba que la lucha de clases se agudiza en tiempos de crisis. Los hechos, a pesar de los años, no han quedado claros, pero algunos antecedentes se manejan.

Fue en Copiapó donde un 24 de diciembre (día de nochebuena para los cristianos) cuando un grupo de militantes del PC, también afiliados a la FOCH, intentaron de manera aventurera tomar por asalto el cuartel “Esmeralda” de Copiapó e iniciar la insurrección en el país. Se dice que eran 30 hombres armados que realizarían lo que en jerga militar se conoce como una acción putschista o en términos políticos como blanquismo. La característica principal de esta acción es que es realizada por un grupo de profesionales que sin contacto con las masas llevan a cabo una toma del poder.

A lo largo de la historia existen numerosos ejemplos, en la mayoría de los casos se producen cuando las direcciones de los partidos u organizaciones niegan la lucha armada, dejando a las masas en el mero legalismo mientras un grupo se militariza.

Como es de esperar, los sucesos de Copiapó terminaron en tragedia y pasaron a recordarse como la Pascua trágica de 1931. El fracaso al parecer se produjo porque el grupo estaba infiltrado y cuando llegaron al cuartel fueron repelidos por los militares, obligando a iniciar el repliegue luego de 3 horas de tiroteo.

Paralelamente, carabineros rodeó una casa en Vallenar donde se encontraban reunidos militantes del PC, provocando un enfrentamiento armado, lo que da a entender que en esa ciudad también se realizaría un asalto a algún cuartel.

En ambos casos todos los militantes fueron asesinados sin juicio alguno por el delito de ser comunistas. La dirección del PC (Elías Lafertte) mencionó que militantes del partido jamás realizarían una acción así.

Cualquier similitud con la actitud del PC ante el tiranicidio no es mera casualidad puesto que en ambos casos las direcciones optan por la vía legalista, dejando la vía armada en una posición minoritaria que le insita a realizar este tipo de acciones desesperadas.

A 77 años de la pascua trágica es necesario comprender la necesidad de optar por una vía revolucionaria, arrebatándole la dirección de las masas al reformismo. En tiempos de crisis el proletariado tiene dos opciones o pagar los costos de las transformaciones del capitalismo u organizarse en un partido para la revolución que barra con la clase burguesa, dejando atrás el reformismo conciliador y traidor.

Publicado en Revista negación de la negación,  el 23 de Diciembre de 2008.

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