Nueve de 14 proyectos fueron aprobados por el Consejo Regional de Atacama, quedando algunos de ellos pendientes. Los proyectos que quedaron pendientes por presentar observaciones, alcanzaron un monto cercano a los 2 mil millones de pesos, y corresponden a la construcción del puente Chollay además de la reposición del puente San Félix en la comuna de Alto del Carmen; el estudio de factibilidad del proyecto de nuevas fuentes de agua potable rural para la localidad de Domeyko; el estudio de pre factibilidad para el mejoramiento del sistema de aguas subterráneas de la cuenca del río Copiapó; y la reposición de la escalinata Yungay en la Población Torreblanca de Vallenar.
El Presidente del Consejo Regional e Intendente (s) de Atacama, Nicolás Noman, manifestó al término de la sesión que “esperamos que los Consejeros Regionales puedan avanzar rápido en los proyectos que quedaron fuera de esta aprobación, para que estas iniciativas inicien su construcción lo antes posible y, es por ello, que le he encomendado al Presidente de la Comisión que sigamos trabajando tan fuertemente como hasta ahora, por el desarrollo de la Región de Atacama”.
Por su parte el Presidente de la Comisión de Inversiones e Infraestructura del CORE, Wladimir Muñoz, manifestó que “si bien es cierto, dejamos proyectos pendientes porque falta algún tipo de información, hay acuerdo por parte de la Comisión de seguir trabajando para que estos salgan adelante”, a lo cual agregó que estos proyectos pendientes “necesitan un mayor análisis”.
En tanto, para el Consejero Regional, Fernando Ghiglino, el haber dejado iniciativas suspendidas por parte del CORE, demuestra “un retroceso en las inversiones regionales, lo cual no conduce a nada porque todos los proyectos van en beneficio de las comunas, entonces creo que los Consejeros deberían tener un poco más de sensibilidad”, y agregó que “yo soy partidario de aprobar la cartera de proyectos en su totalidad, porque ello es un proceso que demora varios meses, y los requisitos que se están solicitando, se pueden obtener en no más de una semana o quince días, por lo tanto, estas pequeñas dificultades que tenían los municipios para zanjar, no ameritaban la suspensión”.
