Para muchos ha sido un anhelo de muchos años, en especial para quienes debían acudir habitualmente al antiguo edificio de Los Portales para efectuar algún trámite. El problema ahí era conocido: poco espacio para atender la demanda cada vez mayor de público. Y es que el viejo edificio, flamante Monumento Nacional desde 1980, se encontraba ya acusando el irremediable paso del tiempo. La danza telúrica de estos últimas décadas, la lluvia por años ausente pero fugaz e inclemente en otros, junto el beso salobre de la camanchaca y el viento, le han provocado considerables daños a la estructura de barro y madera.
No pocos vecinos auguraban ya el definitivo derrumbe de la estructura. Es por eso que, junto con tomar los resguardos necesarios para evitar una calamidad en el valioso edificio, se empezó a proyectar, hace ya bastante tiempo atrás la construcción de un nuevo recinto municipal, el cual cumpliese con las exigencias, tanto de la normativa legal de edificación, como en la que dice relación con el espacio adecuado para la atención del público.
Así, una nueva estructura se empezó a asomar por detrás de Los Portales. Por cierto que no sin sortear diversos problemas, entre ellos el constante afloramiento de agua, lo cual traía más de un dolor de cabeza al jefe de obra y a los obreros. La generosa napa subterránea parecía ganar la batalla: incluso se habló de que la humedad y el enorme forado practicado para recibir las fundaciones del nuevo edificio, terminarían por tumbar al añoso Edificio Los Portales.
Afortunadamente la ingeniería, y la habilidad del equipo constructor de la obra, pudieron controlar el flujo del agua y darle suficiente estabilidad a una obra que, poco a poco, ha ido ganando altura. Junto con ello se ha trabajado también en el reforzamiento del antiguo edificio municipal, apuntalando sus muros y techos, además de reforzar los pilares.
Arturo Cruz Castillo, Inspector Jefe y arquitecto de la Obra, señala que el porcentaje de avance de la obra alcanza ya un 80%, faltando aún completar la fase de los detalles, la cual, como es fácil de imaginar, requiere de toda la atención y el cuidado de los trabajadores, para que nada se les vaya a olvidar.
“Existe una ordenanza que rige una cierta cantidad de metros cuadrados por funcionario” señala Cruz castillo, agregando que “estas oficinas cumplen con esa normativa, y el programa de este edificio consistorial es de construir 2.400 metros cuadrados, en un espacio reducido, el cual se ha aprovechado, dándole prioridad al que se destina a la atención de la gente. En ese sentido, según el profesional, también se ha querido aportar en la transparencia del trabajo municipal, esto es, mediante el uso de paredes de vidrio, por donde no sólo entre la luz del día hacia las dependencias, sino también la mirada de la comunidad para ver de qué manera se hacen las cosas. Así mismo, se han pensado todos los espacios internos del edificio para ser transformados, según las necesidades de un municipio que irá creciendo al igual que la ciudad.
Por ejemplo, el área social del municipio, la cual suele recibir gran cantidad de demandas del público, se ubicará en el primer piso, asegurando el acceso expedito desde la calle y considerando accesos adecuados, tanto para personas de la tercera edad como con discapacidad. De igual forma se procurará equipar cada planta del edificio con mobiliario para el público, a fin de hacer grata la visita.
Tampoco se ha dejado de considerar, la relación arquitectónica y de uso público, que tendrá esta nueva estructura con el Edificio Los Portales y con la Iglesia Santa Rosa de Lima. Es así que se está configurando un centro cívico totalmente reformulado, y que pretende la preservación de todo este gran espacio histórico, dándole vida a partir de este nuevo edificio consistorial. Debiese ser éste el inicio para que, por fin, se comience a recuperar a la buena cantidad de casas patrimoniales con que aún cuenta Freirina, ciudad del todo aventajada en este sentido en la provincia.
En fin, un nuevo edificio para Freirina, para su municipio y para toda su gente. La entrega de las obras se estima para fines de abril o comienzos de mayo, previo visto bueno de todos los organismos encargados de ello. Eso sí, el visto bueno de la ciudadanía se verá una vez que los espacios puedan ser utilizados y también disfrutados, no cabe duda, por las y los freirinenses.