El valle del Huasco posee una de las superficies olivícolas más interesantes del país, donde desde sus inicios ha predominado la variedad ‘Sevillana’, cuyo destino principal es la elaboración de aceitunas de mesa. Condiciones climáticas y de suelo que también se conjugan para crear un aceite de oliva con características únicas en sabor, aroma y propiedades funcionales, y que detrás de su elaboración se esconden historias de esfuerzo y emprendimiento. Un trabajo que cuenta con el apoyo silencioso del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Intihuasi, desde su Centro Experimental Huasco que se ha especializado en olivicultura y que en los últimos años ha dado como fruto premios en concursos internacionales a productores olivícolas locales.
La calidad del aceite producido en esta parte de la región de Atacama se debe a particularidades que le otorga la mezcla de la variedad Sevillana con otras netamente aceiteras como Liguria, Empeltre y Manzanilla Chilena y otras variedades introducidas como Arbequina, Picual y Frantoio. Según datos entregados por el censo agropecuario del año 2007, existen 1.674 hectáreas de olivos destinados a la producción olivícola en la Provincia del Huasco, de las cuales 960 corresponden al sector de Huasco. Es aquí donde se concentra la mayor cantidad de productores de aceite de oliva y donde se ha desarrollado un trabajo en conjunto entre los agricultores e INIA para mejorar el producto, a la espera que salga la denominación de origen para mejorar su competitividad.
Valle del Huasco: “El INIA es la única asesoría que tenemos”
Daniel Llorente Gonzáles, oriundo de León (España), llegó a Chile a mediados del siglo XX y se instaló en la provincia del Huasco con una empresa de metal mecánica. Pero su sueño era tener tierras para cultivar olivos. En el año 2000 nace la industria oleícola conocida como Don Daniel, hoy con 108 hectáreas de producción de aceites varietales y composiciones especiales (blend). Desde el fallecimiento de su fundador, la tradición ha sido heredada por su esposa Sara Viñales, quien está a la cabeza de la industria olivícola, y a partir de entonces han participado en diferentes concursos, siendo galardoneado el año 2011, con la Medalla de Oro Olivinus con el aceite “El Fundador”.
“Durante los últimos tres años hemos sido premiados en concursos. Tenemos dos aceites: el Premium que es de una sola variedad de olivas, y el “blend” que es más suave y de gusto chileno. Este año también ganamos un premio por la presentación también”, indica orgullosa Sara.
“El INIA nos ha asesorado bastante y creo que es la única asesoría que tenemos, porque nos traen expertos todo el tiempo. También hemos ido a cursos y seminarios, pero otra asesoría especializada no hemos tenido”, aseguró la productora.
Ángel Ponce: “Seguiré dedicado al aceite hasta que me den las fuerzas”
Tras jubilar, Ángel Ponce comenzó a elaborar aceite de oliva. Hace siete años se acercó a INIA e inició unos cursos para aprender a fabricar. Tiene 72 años, pero mantiene la vitalidad que se requiere para trabajar la tierra. Los miércoles y jueves se levanta a las 5 de la mañana y termina de regar a las 7 de la tarde cuando empieza a oscurecer. Ahora su aceite ‘Azzáit’ le ha dado grandes satisfacciones. “El 2009 mandé dos aceites a un concurso realizado en Mendoza, uno de variedad Sevillana y otro de Manzanilla y fui premiado. Saqué el primer lugar con 94 puntos de un máximo de 100. Fui el máximo puntaje en ese concurso”, recuerda.
Hasta hoy, Ángel elabora su aceite con el mismo procedimiento, las mismas medidas y precauciones que le enseñó el INIA. “Con ellos aprendí todo sobre la elaboración de aceite, todo lo que sé es por ellos. Posterior a eso, siempre me venían a ver, revisaban los olivos y nos ayudan en todo. Realizan charlas, días de campo y actividades de capacitación. El año pasado hice 16 mil litros de aceite, este año hice 10 mil, pues me hizo falta mano de obra, la cual hoy está escaseando. Seguiré dedicado al aceite hasta que me den las fuerzas”, asegura don Ángel.
Robinson González: “Estamos lejos de obtener el reconocimiento que tienen otras regiones”
El aceite hoy conocido como “Payantume” partió con un proyecto familiar el año 1999, cuando Robinson ejercía como ingeniero en minas. “Tomé el riesgo de seguir este camino, pero de manera paralela a mi trabajo en minería. Todo se dio en forma gradual y de a poco fuimos creciendo”, asegura.
Según el productor, están produciendo entre 28 y 30 mil litros por temporada. Robinson se define como un apasionado por el tema de los aceites y no ha dejado de participar en concursos ni dejará de hacerlo. “Comencé enviando aceite de la variedad Manzanilla a concursos en Italia y clasificaba a la ronda final con esa variedad. Después, empecé a enviar el aceite varietal Sevillano y obtuve una gran mención y se fue transformando en el producto estrella. Al día de hoy, hemos obtenido cuatro galardones importantes en concursos internacionales. El último premio lo obtuve el mes de octubre en la final del primer concurso latinoamericano que se hace en Chile llamado “Puro Chile”, indica.
Durante el proceso, Robinson confirma que INIA fue un apoyo importante y ahora espera que el trabajo realizado en el valle se traduzca en la ansiada “denominación de origen” que aún está en trámite. “Me preocupa que aún no salga una denominación de origen para la variedad Sevillana. Estamos lejos, como valle, de obtener el reconocimiento que tienen otras regiones, pero es culpa nuestra porque hay muchos productores que no se atreven a concursar. Con la denominación de origen todo eso podría cambiar”.
La importancia de la denominación de origen
El equipo de INIA Intihuasi trabaja entregando herramientas técnicas para que los agricultores de la región dejen de ser productores y se transformen en industrializadores. En el caso del aceite de oliva, los estudios realizados en el Centro Experimental Huasco, indican que los aceites producidos en éste valle, poseen características únicas, que los hace ser diferentes a los elaborados en el resto del país, y son apreciados por consumidores expertos, por lo que instan a mostrar su producto estrella, proveniente del “río de oro”, que es el significado del río Huasco en lengua Quechua.
Verónica Arancibia es una de las expertas en elaiotecnia, quien ha desarrollado y apoyado el desarrollo del rubro en la región, con una experiencia única en caracterización varietal de las diferentes variedades de aceites de oliva. Si bien el trabajo hasta ahora se ha desarrollado correctamente, existe aún un tema pendiente que es la aprobación de la denominación de origen para el aceite de oliva del valle del Huasco. Un reconocimiento que hace el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), mediante la incorporación en un registro de indicaciones geográficas y denominaciones de origen que se lleva al efecto, previo procedimiento administrativo.
Según Verónica el proceso ha sido bastante largo. Se inició el año 2003, con levantamiento técnico de las condiciones agroclimáticas locales y posteriormente en el año 2010 el INIA y el PTI de la Corfo comenzaron a reunirse con productores y a concientizarlos de la importancia de esta herramienta. “Las características de los aceites del valle del Huasco son diferentes a las de otras zonas de producción, con características funcionales deseables para un producto agroalimentario, por lo tanto hay que darle el valor agregado que se merece mediante la Denominación de Origen. Esta D.O. dará pertenencia a los productores locales sobre el esfuerzo, persistencia y tradición de los olivicultores huasquinos”, afirma la profesional.
La denominación de origen fue aprobada técnicamente durante este año y lo que está esperando tanto Verónica como los productores del valle es la consulta pública en el diario oficial para ver si alguien se opone al respecto. Una herramienta que potenciará aún más uno de los productos más apetecidos de la región de Atacama, que cuenta con una olivicultura robusta compuesta por agricultores apasionados y premiados en el mundo, junto a una institución como INIA que vela continuamente por la mejora en la elaboración y tecnificación de sus productos.