La semana pasada, en la extensión de nuestra modesta columna semanal, hablábamos sobre las y los especuladores con quienes nos toca compartir el planeta, teniendo siempre que cuidarnos de sus tretas y enredos. Decíamos también que a ese rubro le iba mejor que a los traficantes de armas y que a los acaparadores del trigo que nos tienen las marraquetas a un precio que raya en la crueldad.
Pues bien, en nuestra sufrida pero enjundiosa provincia existe un monstruo a quien le va mucho mejor que a todos los anteriores ejemplos.
Se trata de una criatura fabulosa, habitante de las desérticas llanuras cercanas a Vallenar, y que debe ser alimentada a diario con camionadas de todo tipo de manjares con tal de aplacar su ira (Hasta ahora no se ha reportado que el monito este haya pedido expresamente ser agasajado con vírgenes locales, chivatos de las majadas, su buen chupe de locos o alguna otra exótica muestra de la gastronomía huasquina)
Como Sarlacc se nombra a esta bestia implacable, pero para nosotros se llama Relleno Sanitario Provincial, y la verdad es que se asemeja demasiado este depósito de porquerías a aquel monstruo de Star Warsque habitaba el desierto de nosecuantito y donde Jabba el Hutt se regocijaba junto a sus cortesanos mandando de cabeza a una tropa de cristianos (ah perdón, en ese planeta parece que no había cristianos…¿o sí?…) para ser devorados por el monstruo, pues, según expresa narración de la película «en su vientre se encuentra una nueva definición de dolor y sufrimiento a medida que te digiere lentamente a través de mil años»
Bueno, el plástico que va a parar al Sarlacc provincial ojala demorara mil años en degradarse… creo que son en realidad como 25 mil años en suceder ese prodigio. Por otra parte, el vidrio que es absolutamente reciclable, se va también en cantidades desorbitantes a parar al chancador primario que el mentado Sarlacc administra en su panza. Otras miles de toneladas anuales de papel y cartón también se pierden sin tratamiento alguno.
Supe de la voracidad de esta bestia provincial a partir de un seminario ambiental, organizado por el municipio de Vallenar, la Conaf y la Universidad de Atacama, con motivo de celebrarse durante junio el Mes del Medio Ambiente, y en donde se detalló la enorme cantidad de residuos domiciliarios que nuestra provincia envía a las fauces de este monstruo, sin siquiera separar aquella lata de cerveza con que usted, señorita/señor/señorona acompaña sus ricos asados del fin de semana, del pañal de la guagua de la casa o del envase de salsa de tomate y de un sinfín de porquerías que, asumámoslo, ninguno de nosotros se da la tarea de separar y de buscarle, al menos, un uso alternativo a lo que finalmente se lleva el camión recolector de basura.
Somos nosotros mismos quienes le damos la categoría de basura a un material, muy diverso, que bien podría servir para mejorar la calidad de vida, no sólo de nuestra familia sino que de la comunidad entera. Por ejemplo, señala la estadística proporcionada por el Ministerio del Medio Ambiente, que nuestra provincia le regala al famoso Sarlacc cerca de 18 mil toneladas al año de materia orgánica, la cual, de ser separada y derivada a composteras familiares y comunitarias, fácilmente podrían servir para generar suficiente abono como para no sólo hacer producir alimentos de consumo familiar y vecinal, sino que dicho fertilizante natural podría servir incluso para combatir la aridez y la gredosidadtípica de nuestro norte, como para desarrollar plazoletas y todo tipo de áreas verdes para que la ciudadanía se otorgue generosas tardes de conversación y entretención.
Cada jornada de retiro de la basura en Vallenar genera en promedio algo así como 60 toneladas de rica comida para el felizcote Sarlacc. Sencillamente estamos regalándole el futuro de nuestro territorio a un acopio monumental que no hace más que heredarle contaminación a las generaciones venideras. Es por ello que la educación ambiental es tan necesaria, y también apoyar las iniciativas que fomentan el reciclaje, tal como los distintos depósitos de botellas plásticas, vidrio y aceites usadas que ya se encuentran ubicados en distintos espacios públicos de la provincia. Proyectos de instalar composteras en una buena cantidad de domicilios, para hacer así retiro de residuos separados, están también ya en marcha, todo para que en un corto plazo sean camiones específicos, recolectores ya sea de vidrio, otros de plásticos, y otros de residuos orgánicos, los que recorran nuestros barrios, y ya no el actual vehículo que le lleva a manos llenas alimento al famoso Sarlacc, a quien tendremos que jubilar y mandar de vuelta a su planeta… lo más pronto posible ¡seguiremos informando!