Cómo el modelo operacional, la administración y el cuidado del recurso ha permitido mantener el embalse Santa Juana

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Víctor González Aravena, gerente general de la Junta de Vigilancia del Río Huasco y sus Afluentes (JVRH), conversó con El Noticiero del Huasco en el marco de la ejecución del proyecto denominado “La Voz del Agua”, apoyado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional de Atacama.

En la entrevista, González detalló la función que tiene la institución en el cuidado del recurso hídrico y la manera en que se ha trabajado en el último tiempo para preservar el agua a lo largo de toda la provincia.

Víctor, nos puedes comentar ¿cuál es el objetivo principal que tiene la institución con el recurso hídrico en la provincia?

Para entrar en contexto, nos encontramos en una cuenca que es bastante deficitaria, y estamos acostumbrados a vivir en permanente sequía. Creo que durante los últimos 20 años que ha funcionado el embalse de Santa Juana, los usuarios y los agricultores principalmente han entendido y han aprendido a vivir con una permanente escasez hídrica, lo que hoy nos lleva a tener capacidades hídricas disponibles en una de las épocas más secas que hemos tenido en los últimos años, y eso, es una virtud que tiene el valle, donde la misma ciudadanía en conjunto con las decisiones que se han tomado en la organización, las reglamentaciones que se han incorporado para el manejo hídrico a nivel de cauces naturales, y a nivel de manejo de embalse, ha sido la clave para poder enfrentar esta crisis que ya hace varios años nos golpea.

Una de las de las iniciativas que se generaron en esos años, cuando se construyó el embalse de Santa Juana, con las personas que estuvieron a cargo de ese proceso, que escribieron la reglamentación y que escribieron la forma en cómo iba a funcionar el agua en el río Huasco, hoy después de 20 o 30 años que lleva operando el embalse de Santa, están los frutos. En ese sentido, y para introducir cuál es la función principal que tiene la organización y la Junta de vigilancia de la Cuenca, en 2006 entra en operación plena la organización con su funcionamiento. Antiguamente era la Asociación de canalistas que tenía la Cuenca del río Huasco, y estatutariamente en 2005 se constituyó y en el año 2006 ya empieza a funcionar con el traspaso de la obra que es el embalse de Santa Juana para poder enfrentar este desafío. Y la función que tiene la organización, es poder administrar y distribuir las aguas de la cuenca del río Huasco en los cauces naturales. La condición que tiene para el funcionamiento de la Junta de vigilancia, es poder velar por la correcta distribución de las aguas en los cauces naturales, no así, en los canales o dentro de las comunidades de agua que existen, ya que es un es una confusión común que tienen los usuarios y confunden al momento de tener conflictos o problemas con el agua. Entonces, la Junta de vigilancia lo que hace es que el agua del río, que es un bien nacional de uso público, distribuye esa agua de tal manera de que a los usuarios que cuentan con ese derecho de poder extraer las aguas de las fuentes naturales, puedan hacerla en base a la dotación establecida o a la cantidad de agua establecida para el periodo y pueden ejercer el derecho.

Además, la Junta de vigilancia lo que hace es poner administrar los embalses y los repertorios que se encuentran en la Cuenca, que es principalmente el embalse Santa Juana con una capacidad máxima de 166 millones de metros cúbicos, y las dos lagunas cordilleranas, que quedan en la subcuenca del río El Tránsito en la parte alta, a 3600 m de altura. Son lagunas naturales, que fueron mejoradas el año 1903 donde fueron peraltadas y eso lo que hizo fue aumentar la capacidad de almacenamiento y poder utilizar esas aguas en el futuro. Hoy son parte del sistema hídrico que está denominado sistema hídrico Huasco- Santa Juana, en donde involucra toda la Cuenca del río completa, desde cordillera mar, más todos los reservorios para poder administrar las aguas.

¿Qué tipo de medidas se toman para poder proteger el agua acá en la provincia?

Principalmente, las medidas que se toman acá son del tipo reglamentario, donde nosotros hacemos una distribución del agua volumétrica, donde generamos una distribución en metros cúbicos al año, y eso, se establece para para todas las comunidades de agua. Esto conlleva a poder tener certeza o poder tener mayor acercamiento a la disponibilidad hídrica durante la temporada, para que los usuarios puedan planificar. Dentro del directorio y asamblea se toman decisiones para poder guardar agua o poder restringir el uso, de tal manera de que esa agua quede disponible para las próximas temporadas en caso de tener eventos donde no existan precipitaciones y no nos permitan ayudar a mejorar las condiciones hídricas. Eso nos garantiza poder tener agua en periodos futuros, como este año, donde se generó una dotación de agua que se establece en abril de cada año, se revisa en el mes de agosto y se culmina en el mes de marzo. Entonces, esa dotación dada hoy día la las condiciones climáticas que tuvimos en particular este año en la época invernal, nos dio como resultado poder tener la satisfacción de poder aumentar en alrededor de un 12% más la dotación de agua que se había establecido al inicio para todos los usuarios.

La tecnología también es un importante aliado para poder cuidar el recurso hídrico. ¿Ustedes como institución, de qué forma la están aplicando?

Hace bastante tiempo,  creo que partimos el 2010 implementando tecnología de medición y control dentro de los canales, donde en esos años generamos un monitoreo en línea de prácticamente el 90% delos derechos de aprovechamiento de la Cuenca del Huasco, incluyendo también las estaciones fluviométricas, y también el monitoreo del embalse de Santa Juana completo, en cuanto a su cuota de entrada y salida, las condiciones atmosféricas que tienen que ver principalmente con temperatura, viento, radiación solar que nos permite controlar el embalse Santa Juana en tiempo real. Esto se viene incrementando desde hace muchísimos años y hoy hemos ido mejorando la tecnología. Hoy tenemos desde el embalse hacia aguas abajo, el control automatizado de la entrega de agua que nos permite tener alrededor de un 75% de los derechos de aprovechamiento con tecnología de automatización. Se controla a control remoto desde las oficinas del embalse Santa Juana y desde ahí operamos todo el sistema, desde el embalse hacia aguas abajo. Desde el embalse hacia aguas arriba, tenemos un monitoreo que es en tiempo real, solamente monitoreo y no automatización. Esto, porque las condiciones de la parte alta no ameritan o la mayoría de los canales no ameritan poder contar con esta tecnología, y quizá en el futuro contar en algunos canales con esta tecnología de automatización en la zona alta del valle. Esta tecnología no es barata, tiene su costo, tiene su costo de mantenimiento, y eso también tiene que ser asociado a la cantidad de derechos que se utilizan y quizás en canales importantes de la parte alta tal vez sea necesario. Los canales que son más pequeños, donde principalmente están destinado el agua al uso de consumo propio de cultura familiar campesina, hay que determinar cómo se puede desarrollar. Tenemos casi el 90% hoy día de la cuenca monitoreada en los derechos de agua.

El embalse Santa Juan es el colchón hídrico que tiene la provincia del Huasco. ¿Existe desde la institución, algún temor de que en algún momento ese recurso se pueda acabar, pueda terminarse, como ha ocurrido, por ejemplo, en  embalses de la Cuarta Región?

La verdad que dentro de la dentro de la operación y dentro de la reglamentación existe la forma de operar toda la Cuenca del Huasco, cuando el embalse está seco. El año 2015 se cerró por primera vez el embalse cuando, te recuerdo, desde 2009 hasta 2015 tuvimos una de las mayores sequías en ese entonces, y prácticamente el embalse estaba vacío.  En ese momento, se procedió a aplicar el reglamento que tiene la institución, que en esos casos se considera falla total, que en palabras simples, quiere decir que el sistema operativo del embalse Santa Juana deja de operar, y es como que no existe el embalse de Santa Juana. En estos casos se procede a la operación histórica que se ha hecho durante años, donde todos los canales de regadío tienen horas turnales y estas se respetan en base a la disponibilidad hídrica que existe, por lo tanto, también está esa condición generada desde los otros embalses. Quizás se podrán preguntar por qué los otros embalses les sucedió esto, que se secaran y nosotros tal vez tuvimos agua y esto, principalmente, es por la reglamentación y el modelo operacional que tiene esta cuenca.

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