Carta de Esteban, un hombre libre
Querido Niño Jesús
Gracias por la comodidad que tengo ahora, lo paso bacán. Me veo increíble, pero no me acuerdo que edad tengo, parece que 19 años.
Gracias porque a cada instante siento el cariño tuyo y de los que me rodean. Porque antes sufrì mucho, desde niño; crecí en un Hogar de Menores. Una vez en el mes veía a mi abuelita, la mamá. Crecí sin tener mi propia ropa. Me daba rabia y pena el día del padre y de la madre.. Todos mis compañeros de la escuela contaban cómo le habían dado su regalito a la mamá, al papá. Y ¿yo? Sin poder abrazar a nadie, encerrado en el Hogar mirando el televisor. Que distinto hubiera sido sí mis padres hubieran vivido como los tuyos: María y José.
Gracias porque ahora tengo de todo, nada me falta. En cambio antes cuando viví con mi abuelo sufrí la pobreza. Recuerdo cuando tenía como tres y lloraba porque no me dieron leche en la noche, sólo tecito. Más encima dormía con dos primos más. Mi abuelo estaba sin pega, Por eso justamente me dejaron en el hogar, no tenían como alimentarme. Era jubilado y pituteaba a veces. Pero no te puedo hablar de pobreza; sí ni siquiera naciste en una casa ó choza sino en un pesebre con los animales de Belén.
Gracias porque ahora veo la vida de otra manera. Hasta hace pocos días veía todo negro, todo lo hallaba malo. La sufría harto, pensé que nunca iba a ser feliz. Recibía por todos lados violencia. Veía cómo mis amigos me habían dejado abandonado a mi suerte. Ya no me visitaban. Ahora veo claramente que tú siempre has estado a mi lado. Ahora entiendo que sí lo había pasado mal no eras tú el culpable. Eran otros; y yo en parte. Pero tú también la has pasado duro, hasta te andan persiguiendo un tal Herodes y todos los falsos dioses como el dinero que quieren ocupar tu lugar.
Gracias pusiste gente buena y paciente a mi lad. De lo contrario hubiera cometido más tonteras. Ellos me frenaron para no empeorar mi situación y la de otros. Sé que debí haberles escuchado más, pero el ruido del ambiente y la droga me encegueció. No supe ver lo suficiente. Que a propósito la primera vez que consumí coca fue regalada por un señor que bajó de un elegante auto y muy bien vestido…. Cuando tenía doce años. Me habló lindo que era muy bueno para mí. Después terminé trabajando para él… hasta cuando caí preso. Me negó y me abandonó. Pero que te explicó de traición y negaciones sí tú también las conocerás con Judas Iscariote y Pedro, el pescador.
Niño Jesús hoy quiere pedirte no por mí y mis compañeros que morimos calcinados en la Cárcel de San Miguel. Aquel terrible 8 de diciembre del 2010. Quiero pedirte por los que se quedaron ahí. Para que haya quienes les muestren tu Camino con palabras y también con obras.
Especialmente, te pido por los cientos de niños que sus vidas están camino a las cárceles. Aquellos niños que tienen historias de dolor y abandono social. Te pido para que Chile y sus hijos los miren a ellos a tiempo. Que sus padres tengan trabajos mejores pagados. Que sus padres nunca olviden que ellos tienen en sus manos las vidas de sus hijos.
Querido Niño, gracias por la nueva vida que me has dado y todo porque tú naciste en medio de nosotros
Con afecto
Esteban, ex preso, libre al fin.
Atte.
P.MAURICIO ARANCIBIA PORTILLA
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