Desde 1999, un equipo de científicos japoneses financiados por el gobierno nipón trabaja en el proyecto del que será el telescopio infrarrojo más grande del mundo, el Tokyo Atacama Observatory (TAO).
El director del observatorio Kiso de la Universidad de Tokyo, Mamoru Doi, explicó que Chile tiene grandes ventajas para instalar esta antena de 6,5 metros de diámetro en el cerro Chajnantor (Región de Antofagasta) a más 5.000 metros de altura, más arriba incluso que el megaproyecto de radiotelescopios ALMA.
«Llevamos varios años realizando estudios técnicos, por lo que sabemos que se trata de un sitio astronómico muy adecuado. La claridad del cielo de la zona es altamente favorable, la condición árida del cerro Chajnantor, el clima, la ausencia de vapor de agua y su altura”, dijo durante una visita a Santiago, en una charla sobre el proyecto en la Universidad Andrés Bello.
El mayor atractivo del TAO es la tecnología que se está utilizando para su construcción. Al tratarse de un telescopio infrarrojo, los materiales deben ser de última generación, ya sea por las temperaturas que debe soportar y resolución de las imágenes que se necesita para su funcionamiento. Actualmente, se están evaluando las mejores opciones tanto tecnológicas como económicas para su construcción, que se espera termine en 2016.
De acuerdo al científico japonés, el telescopio permitirá, entre otras cosas, detectar y caracterizar galaxias muy distantes, observar estrellas de baja luminosidad y estudiar la elusiva materia oscura. Los científicos chilenos tendrán acceso a 10% del tiempo de observación, lo que garantiza una posición privilegiada en futuros descubrimientos.
Como un adelanto del TAO, el grupo de científicos asiáticos finalizó hace algunos meses el llamado miniTAO, un prototipo con características similares al proyecto original: tiene un metro de diámetro, funciona en la zona infrarroja y estará operativo a partir de octubre.
Fuente: thisischile.cl