Hay quienes dicen que el tiempo en que la televisión era la nana de los niños está pasando. Que ahora es internet quien oficia de «cuidadora digital». Y eso, entre otras cosas, por la gran cantidad de niños entre cinco y nueve años que hoy tienen perfil en redes sociales. La estadística es de la encuesta Radiografía al Chile Digital 2.0, y el análisis del comienzo, de Miguel Arias, sicólogo y gerente general de la consultora Divergente, autora del informe.
De acuerdo con los resultados del informe, prácticamente la mitad de los niños chilenos, 47,3%, que no han superado los 10 años de edad, tiene una cuenta en Facebook. Esto, pese a que la edad mínima establecida por el mismo sitio es de 13 años.
Ahora, ¿muy raro tanto niño en este tipo de red social? No mucho. Más raro sería que no estuvieran si se toma en cuenta que Facebook tiene más de 500 millones de miembros activos en todo el mundo y que el fenómeno tiene concordancia con lo que ocurre en varios países como, por ejemplo, Australia, donde un reciente estudio arrojó que cerca del 50% de 1.200 niños entrevistados participaba en Facebook.
El problema, más allá, de los números, es que el uso entre los menores se encuentra tan generalizado que no es inusual toparse con casos de padres preocupados porque alguno de sus hijos recibió como regalo de otro amigo una cuenta en la red social, y todo esto, sin los conocimientos apropiados acerca de los peligros de la red.
«Hay que recordar que se trata de una plataforma que no está diseñada para menores y que no asegura contenidos ni relaciones adaptadas para ellos. Además, según nuestra encuesta, uno de cada 10 niños señala que sus padres no le prohíben nada en términos de navegación en la web. Eso es como dejar a un menor sólo en el Paseo Ahumada», comenta Arias. Y agrega que más que revelar un perfil osado de los menores, esta situación habla de una falta de habilidades parentales 2.0: «Tal como antes se cuidaba que los niños no consumieran alcohol a temprana edad, hoy es necesario saber cómo enfrentar el uso que hacen de las plataformas digitales».
Pero abordar ese terreno no es tan fácil. Sobre todo porque, por definición, una cuenta en una red social es personal. Y tan así es que, a partir del estudio en Australia, la experta en medios sociales de ese país, Laurel Papworth, afirmó al diario Sydney Morning Herald que esta dinámica ha permitido que Facebook se convierta en el equivalente en línea del tradicional cartel de «¡No entrar!», que los menores suelen colgar en la puerta de sus piezas. De acuerdo con la analista, esto termina por permitirles a los niños apartar a sus padres mientras comparten con sus amigos, un tentador aliciente para menores que están desarrollando sus propia identidades.
Según cuenta Papworth, eso ayuda a que los padres puedan fallar en explicarles a los hijos por qué una página es mejor que otra y por qué necesitan ser monitoreados. Sobre la manera en que se debe monitorear, la especialista dice que «manejar cómo se conectan es una mejor opción que prohibir tajantemente el uso de internet». Arias concuerda con esta opinión y señala que en el caso de Facebook -que a nivel general, en Chile suma 7.417.000 cuentas-, dos estrategias que muestran ser útiles son la creación de cuentas familiares, donde padres e hijos usen juntos la red social, y la elaboración de páginas temáticas, donde puedan aprender bajo la guía paterna sobre la forma de usar los servicios propios de la red social o acerca de temáticas como cine o mecánica.
Así se evitarían algunas problemáticas detectadas por la «Radiografía al Chile Digital 2.0»: 19,1% de los menores dice haberse arrepentido de subir material a la red, mientras que 17,3% ha sido etiquetado en una foto que no le gustó y 8,1% ha enfrentado amenazas o discriminación.
NIÑOS VERSUS NIÑAS
El sicólogo destaca, además, que hay que estar atento al hecho de que niñas y niños muestran diferentes patrones de uso de las redes sociales. Mientras el 54% de las mujeres chilenas de 13 años tiene Facebook, esa cifra cae 45,6% en los niños. Una realidad que se da a la inversa en el caso de Twitter, donde ellos predominan.
La preponderancia femenina en Facebook dura hasta los 21 años, edad en que el uso se equipara. La razón del predominio femenino sería que sitios como Facebook muestran un perfil que atrae más a las niñas, ya que en su uso importan más la estética y los vínculos, algo que «se relaciona más con las mujeres y su mayor capacidad de leer las emociones», explica Arias. Los hombres, en cambio, son más competitivos y buscan logros rápidos, lo que calza con el sistema de mensajes breves de Twitter.
La encuesta australiana también detectó que los niños que usaban redes sociales se mostraban más felices, un efecto que, según los autores, se debe a que estos sitios les permiten tener acceso a diferentes puntos de vista sobre el mundo en que viven: «Los niños parecen estar menos deprimidos. En lugar de absorber todas las noticias que hablan de lo mal que está el mundo, ven a gente que intenta cambiarlo… un coro de voces que alza la voz en vez de actuar de forma pasiva».
Precisamente, indica el sicólogo chileno, hoy lo que se busca «lograr en internet es diversión y pasar un buen momento, en lugar de estresarse. En un país como Chile, las redes sociales operan como válvula de escape y la experiencia indica que el ser humano pasa desde una experiencia de uso básica, al aprendizaje de una plataforma y luego a la búsqueda de un cierto bienestar». En el caso de los niños, el uso intensivo de Facebook revela que algo no está operando bien en la dinámica familiar nacional: «Los niños están bastante solos, porque tanto el padre como la madre trabajan. Antes, la nana virtual fue la televisión y hoy muchos padres usan a internet como una cuidadora digital de menores, pero evidentemente este medio no fue diseñado para eso».