Sr Director:
Los políticos deberían ya darse cuenta que no gozan de buena estima entre la gente común y corriente; que se cansen de visitar a los pobladores en busca de sus votos cuando es tiempo de elecciones y prometer lo que nunca cumplirán. Había cansancio de ver las mismas caras, muchas de ellas añosas que ya debían haber dado paso a nuevas generaciones, pero, el problema está en que ser político trae buenos dividendos, es por eso que no quieren soltar la gallina de los huevos de oro. Total, quién les decía algo si no cumplían con lo prometido? Quién fiscaliza si trabajan realmente? Cómo podemos saber si reciben platas extra como resultado de lobbies? Bueno, esto cambió un poco y se vio en las últimas elecciones; la gente parece haberse dado cuenta que los políticos antiguos debían irse a sus casas, es el caso de Zaldívar, Larraín, Frei, Ruiz-Esquide, Alvear y otros que no sacaron los votos necesarios para seguir en sus puestos como parlamentarios. No era posible que algunos de ellos llevaran más de veinte años en esos puestos. Quiere decir que los chilenos estamos aprendiendo, estamos siendo más críticos, nos está importando lo que le pase al del lado, estamos más conscientes de lo que ocurre, leemos el diario para enterarnos o vemos las noticias en la tele y no nos creemos el cuento de buenas a primeras. Lo que ha ayudado también es el periodismo actual que no es el mismo de antes. Ahora se denuncia y se muestra, aunque aún falta mucho por hacer.
En Chile debería ocurrir como en Inglaterra, donde los políticos pueden ser fácilmente ubicados por cualquier persona que tenga un problema y que necesite de su ayuda para su solución a través del correo electrónico, teléfono o en una oficina en la ciudad o distrito donde fue elegido, una o dos veces a la semana. Un diputado, por ejemplo envía más o menos 300 cartas a sus votantes a la semana dando respuesta a las peticiones de los votantes. Si no hay respuesta del parlamentario, no hay voto en la próxima elección; además, este personaje es de la región que representa por lo que conoce los problemas de sus pobladores y se afana en cumplir.
En nuestro país, incluso, tenemos parlamentarios que ni siquiera son originarios de las regiones que representan, que es otro tema; los cupos distritales son elegidos por los mismos políticos que se reparten el país entre cuatro paredes como ellos quieren o les conviene. Por lo tanto, usted, como ciudadano común, no tiene derecho a elegir a quién usted quiera o conozca. Uno debería votar por las personas y no por los partidos políticos, no le parece?
Nos vemos.
Emma Braniff Jaime
Por fin una opinión mesurada, parece una voltereta a lo Tomás González después de su artículo anterior cargado al racismo y la xenofobia contra los inmigrantes, sólo le faltó decir que en el Congreso no debían estar políticos provenientes de los pueblos originarios o representantes de minorías sexuales, este artículo será muy bien recibido por El Mercurio o La Segunda.
Sra Emma,se olvido de hablar que aun seguimos bajo la nefasta Constitucion del 80 , somos el unico pais del mundo que aun estamos bajo esa constitucion de la dictadura, entonces ante eso los ciudadanos ya sabemos como se mueven los politicos (los de nuestra region por ejemplo) Prokurica, Robles, la sra Allende, y todos que atravez de los años han ocupado un puesto en el congreso y ademas debio hablar del sistema Binominal , un sistema anti democratico que no permite manifestar de formal real la complejidad de nuestro pais y region.
Esta señora debe tener sangre Pinochetista, desnortar a los políticos de esa forma por culpa de unos pocos me recuerda a ese repugnante dictador, los políticos son un mal necesario es cierto pero, los países democráticos funcionan así distinguida señora, Pinochet no solo anulo la política en este país, también quebró los movimientos sindicales que también se manejan bajo sentidos políticos.
Que mediocridad de columna.
Comentario que no dice nada nuevo, que incluso es parte de los discursos de los políticos que ud. alude. Lamentablemente estos son nuestros representantes, nosotros votamos por ellos. Tenemos lo que nos merecemos.