Señor Director:
Me toco ver/participar de un corso organizado por atención primaria de salud de Vallenar. Quisiera destacar la capacidad de los funcionarios en la realización del mismo, pero no solo eso también lo que implica esta actividad tanto en su desarrollo como en las acciones previas. Al realizar los carros mencionar la capacidad de trabajo en equipo, el asumir liderazgos variados, el orden en realizar tareas y la colaboración mutua como lemas para cumplir la meta.
Durante el corso: la predisposición para desarrollar lo comprometido, la entrega a la exposición personal por una tarea común. También la participación de la familia, la alegría de lo vivido en el momento, el encuentro del corso como un espacio lúdico, de disfrute y fantasía. Punto a parte es lo que provoca el corso en la comunidad. Ver las luces modificando el paisaje monótono del centro, escuchar a la gente conversar de otra cosa que no sea de futbol o la telenovela, ver reunidos a los ciudadanos marchando no para el consumo, sino para disfrutar/compartir la alegría de la caravana. Mirar a los viejos de nuestra ciudad sonreír quizá por la memoria de otras fiestas públicas, imaginar yo; tal vez, la risa de mi abuela y su apreciación la belleza de la reinas.
Sin duda que estas actividades implican la merecida recreación de quienes apoyan en su salud a las familias más vulnerables de nuestra comuna, pero también resaltan valores que son fundamentos perdurables de los habitantes que habitamos este valle.
Atte
Rodrigo Abarzúa
