Conservan huemules en cautiverio para su protección

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Está en nuestro escudo nacional, pero desapareció de muchas zonas en que alguna vez fue común ver asomar sus astas entre el bosque. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos huemules quedan en el mundo, pero los expertos estiman que no serían más de 2.000 ejemplares: 1.500 en Chile y otros 500 en Argentina.
Su escasa presencia hace que el bello ciervo esté protegido por ley: no puede ser servido en los platos de finos restaurantes, como ocurre con algunos de sus parientes extranjeros, como el ciervo rojo, ni menos ser cazado con fines recreativos. De hecho, está tristemente clasificado en categoría de peligro de extinción en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y es la principal razón del proyecto de reproducción y reintroducción que desarrolla la Fundación Huilo Huilo, en la reserva del mismo nombre, que ocupa 100 mil hectáreas en los Andes Patagónicos, en la Región de Los Ríos.
Los lugareños aseguran que vieron e incluso cazaron huemules hasta fines de los ’80 y principios de los ’90. Por eso la idea del proyecto -que forma parte de los temas que compartieron los más de 200 expertos que asistieron la semana pasada al Congreso Mundial de Ciervos en Huilo Huilo- es repoblar el lugar, “traer de vuelta a un viejo habitante de la región”, según Fernando Vidal, jefe del departamento de Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo y quien logró por primera vez en el país reproducir huemules en cautiverio.
“La meta ahora es lograr la reintroducción, reproducirlos y liberarlos”, señala, explicando que en cinco años de altos y bajos, ya son siete los ejemplares que habitan en los cercos de 70 y 40 hectáreas, respectivamente, habiendo partido con una sola pareja.
“La idea inicial del proyecto piloto era traer un grupo de animales y desarrollar la técnica de reproducción, y eso ya lo hicimos, lo que necesitamos ahora es tener más vientres y poder seguir reproduciendo los huemules a otra escala, ya no a nivel experimental, sino a nivel de reintroducción”, plantea Vidal.
Lo más difícil es obtener los permisos del Estado para trasladar huemules hasta la reserva. Los primeros provinieron de Aysén y hubo muchos problemas con las autoridades locales de la época, que se resistían al traslado ante la incertidumbre que la reproducción resultara. Pero pasados los años y viendo los resultados hoy existen posibilidades de que otros ciervos de esa zona lleguen a Huilo Huilo, así como también hay opciones de conseguir animales en otras zonas del país.
El subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal, estuvo en la reserva para dar el vamos al Congreso Mundial de Ciervos y lanzar oficialmente el Plan Nacional de Conservación del Huemul (ver recuadro).
La autoridad monitoreó en terreno el proyecto y aseguró que en adelante se viene un respaldo más concreto a iniciativas como la de Huilo Huilo, ya que “con la nueva institucionalidad, el corazón del ministerio es la gestión en temas de recursos naturales y biodiversidad”.
Recalcó la relevancia de que la séptima versión del Congreso Internacional de Ciervos se haya realizado por primera vez en Chile y particularmente en la reserva Huilo Huilo, para “que a los científicos extranjeros se les muestre el huemul y ellos lo muestren a su vez al mundo”.
Es que se trata de un animal muy escaso y extravagante para muchos de los participantes extranjeros. Como dice la presidenta de la Fundación Huilo Huilo, Ivonne Reifschneider, “el huemul es un cérvido muy poco conocido en el mundo, es un ciervo endémico, en grado de peligro de extinción tanto como los osos panda en China”.
La bióloga de la fundación, Verónica Toledo, habla de las tres especies de ciervos del país: huemules, tarucas y pudúes, y recalca que el énfasis está en el que tiene mayor riesgo de extinción, peligrando al punto de poder quedarse únicamente en las reproducciones del escudo nacional.
Identifica las principales amenazas, partiendo por “el hombre, con la depredación del hábitat natural de estas especies endémicas únicas de Chile, el convertir los lugares naturales en lugares donde habita la gente y sus perros, en zonas de producción ganadera, la construcción de carreteras y de grandes proyectos como los hidroeléctricos”.
La meta es la liberación
Si las cosas van bien y se puede introducir nuevos ejemplares a las dos generaciones de huemules que hoy habitan en Huilo Huilo, los encargados del proyecto esperan lograr las primeras liberaciones en unos tres años.
Por eso, se les monitorea y se les cuida, pero en ningún caso se les alimenta ni domestica, pues el fin es que vuelvan a repoblar la zona y se las arreglen por sí mismos. “Se alimentan solos, casi no ven personas y tienen tres fuentes naturales de agua dentro de los cercos”, cuenta Ivonne Reifschneider.
Verónica Toledo destaca que “el proyecto es un éxito a nivel nacional, con apoyo del Estado, a través del SAG. Ya tenemos dos generaciones y esperamos en un futuro no muy lejano lograr la liberación de algunos ejemplares dentro de la reserva, ya que hace algunos años el huemul se encontraba acá y la idea es repoblar con la misma especie”.
Alexandra Petermann, directora de Fundación Huilo Huilo, destaca que “se ha logrado crear una herramienta de conservación que funciona y la idea es poder replicarla en otras partes”, subrayando la disposición “a recibir a todos los huemules que estén en amenaza, para que nuestro proyecto sea viable en el futuro. En este momento tenemos sólo siete animales, y necesitamos más ejemplares para que la genética se mezcle, haya un plantel más grande y poder liberarlos”.

Fuente: La Nación

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