Don Paulino Callejas nació en Freirina el 22 de junio de 1879 y falleció el 6 de octubre de 1963 en la hacienda “Jotabeche” de Copiapó. Pionero de la minería en el norte chileno. Muy joven se trasladó junto a su esposa Margarita Zamora, con quien se había casado en 1901, y sus hijos a los cantones salitreros de Taltal y Tocopilla. Le tocarían años difíciles de duro trabajo. Pronto llegaría la época del declive de la industria del salitre y deberían volver los Callejas a Freirina. Con el mismo tesón y esfuerzo se dio don Paulino y los suyos a trabajar la minería del oro, iniciando en 1934 la explotación del legendario mineral de Capote ubicado a 35 kilómetros al norte de Freirina, el cual fue adquirido a la familia Oyarzún por la suma de $160. Allá se forjaría una de las fortunas más importantes de Chile. El mineral de Capote contó con variadas instalaciones para uso de los centenares de familias que vivieron en él, tales como, un policlínico, una escuela primaria, un teatro y canchas de fútbol. Varias generaciones de huasquinos guardan el recuerdo de este hombre visionario, esforzado y noble que supo crear riqueza y hacer partícipe de ella a los habitantes de su tierra.
Una anécdota que ha aportado en transformar en leyenda la figura de don Paulino fue la ocurrida durante una visita suya efectuada a una empresa de camiones de Santiago. En aquella ocasión se presentó ante el vendedor encargado y le solicitó la venta de diez camiones para el trabajo minero. Seguramente el aspecto descuidado de don Paulino, sumado a que además portaba un saco blanco con un misterioso cargamento, llevó al vendedor a tratarlo con displicencia y a terminar enviándolo a una empresa de camiones cercana. Al rato, motivado por la curiosidad, el vendedor llamó por teléfono a su colega de la otra empresa para saber cómo le había ido con “el loquito” que le había mandado. Mayúscula fue su sorpresa al enterarse de que misterioso personaje había adquirido allí los vehículos, al contado y que en el saco blanco portaba el dinero para la compra…
Bonita historia