Ya han pasado varios meses de conocida la noticia acerca de la muerte de la estudiante de enfermería Cecilia Julio. Su deceso conmocionó a un país y por supuesto a Vallenar. Luego de conocida la noticia que entregara hace algunos días el fiscal nacional Sabas Chahuán, sobre que no se descartaba la participación de terceros en el asesinato de la vallenarino, la hermana de Cecilia, Marcela, conversó en exclusiva con este medio.
¿Marcela, cómo está la familia luego de lo sucedido a su hermana?
Mis padres están con apoyo psicológico. Están con médicos porque deben tomar medicamentos. Hay que estar siempre conteniendo mucho, es muy complicado porque es un dolor que no se acaba. No sabemos, a veces, buscar las palabras adecuadas, porque no fue una enfermedad o un accidente, sino un hecho cruel y triste.No se sabe como asumir el duelo. Aparecen los hubiera. “Si tu hermana no se hubiera ido a Antofagasta” y todos los cuestionamientos. Es algo que durará toda la vida, y más aun cuando involucra a otras personas, un asesino en este caso, que fue detenido gracias a peritajes.
¿Confían en las investigaciones que se están llevando a cabo?
Sí, confiamos en ellos. Con mis padres, ambas policias se mostraron muy cercanos. Nunca nos adelantaron cosas por riesgo a filtraciones. Ellos tenían líneas de investigación, y gracias a Dios se pudo hallar a mi hermana, lo que clarificó mucho más las diligencias. Lo que no calzaba a las policías fue lo que sucedió en los 184 pasos que dio mi hermana en el trayecto que sucedió todo. Pero siempre la policía estuvo al tanto de lo que hacíamos.
¿Crees tú que existan terceras personas involucradas?
Puede ser. No descartamos nada. Cuando sucede un crimen se busca a quien ayudo o facilitó las cosas. Como familia no descartamos nada, solo que el peritaje determinará muchas cosas. Encontrar a Cecilia sirvió, ya que su cuerpo habló.
¿Han recibido llamados ánonimos, rumores entregando nuevos antecedentes que disvirtuén la investigación?
No, pero cuando se tomó preso a esta persona, la gente decía que los estaban inculpando y a nosotros nos daba mucha rabia, ya que la gente generaba teorías y se las creían. Incluso un día venía en colectivo y escuchaba comentarios en silencio, pero un día tuve que dejar callada a una señora en un colectivo y le tuve que decir que era la hermana de Cecilia y se quedó callada.
Y comentarios mal intencionados…
También. Uno dice una cosa y otros van modificando la historia lo que la desvirtúa. Pero por salud mental uno no puede prestar oídos a todos.
¿Cual sería el castigo que le gustaría que le dieran a Rojas Pool?
Ojalá fuera una pena máxima, lo máximo que se le puede otorgar. Su defensor hablaba de un homicidio simple, pero no es así. Falta determinar muchas cosas, hay muchos agravantes, cómo si hubo secuestro o no. Y saber todos estos detalles nos tiene muy mal y tratamos de no pensar en ello. Pero esperamos el máximo rigor, porque este hombre no se volverá a reinsertar en la sociedad. No es un aporte. Ya tiene antecedentes.
¿Incluso Rojas Pool se iba a meter a las velatones cuando se buscaba a Cecilia?
Claro. Las compañeras de Cecilia vieron con horror cuando salieron fotos de él en la prensa, nos decían que lo vieron en las velatones. Y seguro iba a buscar información, el tipo es un psicópata. Esto fue algo divino, porque él estaba a un paso de todas las compañeras de Cecilia y no tenía ningún arrepentimiento. Pensó que había cometido el crimen perfecto.
¿Crees que Cecilia estuvo en el momento y lugar equivocado?
Sí. Fue algo que me cuestioné tantas veces cuando pasaba por allí. Yo salía del edificio y hacía el camino que hizo Cecilia y me preguntaba qué pasó. Pensaba que quizás un vehículo se la llevó, o el famoso vehículo blanco que dicen que se veía. Cecilia fue a ver a su amiga para hacerle una curación en el dedo, no a estudiar como dicen muchos, tomaron once y se fue. No tuvo resguardo, quien la defendiera, quien la ayudara.
¿Tenía pareja?
No. Ella estaba sola desde 2009. Era era una persona muy sociable. Tenía amigos en la universidad. Se juntaban, salían y la pasaban bien. Pero ella estaba en periodo de examanes, y yo sabía en lo que estaba.
¿Ustedes tenían contacto a diario?
Sí, hablabamos mucho. Todo el día. Yo la llamaba para contarle tonteras. Teníamos una comunicación muy fluida. Era como mamá de ella porque la retaba cuando estaba en Facebook y no estaba estudiando. Fea, me decía.
¿Ustedes supieron el mismo día sobre su desaparición?
No, nosotros supimos el lunes. La llame el sábado en la noche y tenía apagado el teléfono, y pensé que se le había descargado el teléfono. Al día siguiente volví a llamar y no contestó. Mi mamá se empezó a preocupar. Una compañera que vivía al lado de su pieza llamó a mi mamá para avisarle que la Cecilia no había llegado a dormir. Allí mis padres partieron a Antofagasta.
¿Cómo familia, cuáles son los pasos a seguir?
Haremos una marcha para que esto no quede así. Nos dijeron que este caso fue tomado en serio por la connotación que tuvo, y eso fue gracias a los amigos, compañeros y vecinos de Antofagasta, y nosotros como familia. Seguiremos en esto, gracias al apoyo de la gente. Incluso con nuestros abogados, los cuales se han acercado a nosotros para ayudar. Alex Matute nos está ayudando, incluso me ayuda a mí para poder sobrellevar esto porque el ya pasó por esta situación. Para mí fue muy triste saber lo de Carmen Araya de Huasco, porque fue volver a vivir nuevamente lo mismo.
¿Cuando Rojas Pool fue formalizado, les pidió perdón?
No, nunca. El no tiene sentimientos, ni culpa. Nos miró de reojo para saber si estabamos. No mostró arrepentimiento.
La familia sólo pide un castigo ejemplarizador. Que no haya impunidad y que la justicia caiga sobre quien les quitó la sonrisa de una hija, hermana, amiga y tía. Y que nunca más vuelva a pasar.
Fuente y Foto: La Estrella del Huasco