Por estos días hemos estado muy atentos y angustiados por la reciente aprobación del proyecto energético que se pretende desarrollar en la región Aysén, más conocido como HidroAysén, sin lugar a duda esta es una situación muy preocupante ya que como se ha expuesto en diferentes medios la implementación de éste amenaza con destruir una gran extensión de paisajes de la Patagonia chilena, inundándoles con represas para la generación de la energía, sin contar aun las líneas de transmisión que se deberán usar para transportar dicha energía, sin embargo, los atacameños, no debemos distraernos de lo que esta pasando en nuestra región, si bien es cierto hidroaysén provocará un daño ecológico, las termoeléctricas que se instalarán en Atacama, tanto en la Provincia de Copiapó como en la Provincia del Huasco, provocarán un daño aún mayor.
A pesar de no ser un misterio el daño ambiental que provocan este tipo de centrales la industria apuesta por seguirlos creando debido a que su construcción es en términos generales bastante simple y generan energía en forma masiva lo que aumenta las ganancias de sus administradores. Estas ventajas son irrelevantes versus el gran deterioro ambiental que generan, pues el uso de combustibles calientes genera emisiones de gases de efecto invernadero y de lluvia ácida a la atmósfera, junto a partículas volantes que pueden contener metales pesados, por otra parte toda la inversión y el daño que provoca una planta de este tipo está condicionada a la reservas existentes de los combustibles que usan que generalmente son carbón y petróleo, los cuales no están presentes en forma ilimitada en nuestro maltratado planeta. Las emisiones térmicas de vapor que producen la plantas termoeléctricas alteran los microclimas, tan presentes en nuestra bella región de Atacama y afectan en forma negativa a los ecosistemas fluviales debido a que vierten agua caliente a estos para hacer sus procesos de enfriamiento. Y aún así su rendimiento en base a la energía que generan no es tan importante por lo que siempre se requerirán nuevas plantas de estas u otro tipo para conseguir la energía total que se requiere en un país en desarrollo como el nuestro.
La Central termoeléctica Castilla, que se construirá en la Provincia de Copiapó será la mas grande de Sudamérica, por lo que todos los chilenos seremos los principales afectados y tendremos sobre nuestras espaldas el peso de ser el país más contaminante de esta parte del continente. En la Provincia del Huasco, se construirá la central termoeléctrica Punta Alcalde, esto queda ubicado en el límite de costa entre las comunas de Freirina y Huasco, una inversión prudente en estos sectores es el desarrollo turístico de éstos pues se han destacado por años, por su belleza paisajística y por ser un verdadero jardín durante la temporada de Desierto Florido, acogiendo un gran variedad de especies florales y gran cantidad de animales como zorros, liebres, guanacos, entre otros y variedad de herpetofauna y aves migratorias, además se encuentran en sus alrededores vestigios de culturas pasadas como molle, atacameños y diaguitas, cementerios aborígenes y conchales, por otro lado existe en el sector un área de manejo para trabajadores del mar, personas que durante años de esfuerzo, han dado forma y vida a estos sectores, siendo característicos de nuestra Provincia como Aguada de Tongoy, Playa Tontado, Los Bronces, La Peña, el Sarco y muchos otros lugares cada cual más bello y productivo donde hombres y mujeres hacen de su trabajo en el mar su sustento a la vez que han sido capaces de respetar siempre los criterios de extracción concientes del beneficio que les aportan.
Por todo lo anterior ya se han hecho escuchar las protestas de ciudadanos concientes de lo que está pasando con respecto a este tema de la generación energética, en nuestro país, de lo cual nuestra región no está escapando y de concretarse la construcción de estas plantas termoeléctricas generaremos un daño muchísimo mayor al ambiente que el producido por hidroaysén.
Todo esto no llama a la reflexión en varios niveles, y a concluir que no debemos bajar la guardia, que somos nosotros los seres humanos comunes y corrientes los que debemos generar el cambio, no permitir este tipo de desarrollo, sabemos que existen otras alternativas, que si bien son más caras, por lo cual la industria las desecha, pues limita sus ganancias, serán siempre menos dañinas, debemos involucrarnos, informarnos, conocer estos lugares y su gente, opinar y participar activamente empezando en nuestros hogares, saber que necesitamos la energía pero que estamos llamados a cuidarla, a proteger el medio ambiente, desde nuestros pequeños núcleos, y demostrar que si estamos unidos con un fin común podemos hacerle frente a estos monstruos contaminantes que llegan sólo con el fin de enriquecer a unos pocos a costa de la destrucción de la vida.
Por: Marisela Milanez, Freirinaciudad.cl Fotos: Aroldo Torres Barraza-Mauricio Guerrero