La fabricación de este vino llegó al Valle del Huasco junto con los jesuitas españoles y se manifestó primero en Horcón Quemado, (San Félix) con el patrocinio de don Jerónimo Ramos de Torre, Encomendero del Valle del Carmen. Don Jerónimo se estableció en El Rosario, a pocos kilómetros de Horcón Quemado, protegió a muchos españoles y produjo vino Pajarete y aguardiente. A ese sector de la Provincia se le llama «El Valle de los Españoles”.
Los jesuitas también tuvieron otros asentamientos en el Huasco. Además de Horcón Quemado, se instalaron en El Mantén al este de Vallenar y en el sector minero de La Jarilla, al Norte. Fueron los Jesuitas los que trajeron desde España, el arte de producir el Pajarete. En su fabricación en algunas partes aun se utiliza, el cuero de vacuno completo y enmarcado como depósito del mosto restregado.
La vendimia se realiza cuando la uva está bien madura, lo cual se conoce; tratándose de variedades blancas, en que toma un color amarillento oscuro, y por el color púrpura o casi negro que toman las variedades rojas o azules. La uva debe ser escogida, retirando de los racimos las partes dañadas, luego debe ser asoleada alrededor de una semana para que se deshidrate el escobajo, y no comunique su amargo al producto final.
La excelente calidad de la uva empleada, sumada a la cuidadosa preparación, da como resultado un fino y exquisito vino, de similares características al producido en Pajarete, la zona de Jerez de la Frontera en España.
Fuente: Corfo.
