Fueron escuetas declaraciones como parte de la inauguración de las nuevas instalaciones del Ministerio Público en Calama cuando el fiscal nacional Sabas Chahuán indicó que al menos el organismo investigador no descarta la tesis de un cómplice en la muerte de Cecilia Julio Bolados.
Pocas palabras pero que actualizan en algo, un proceso que se ha vivido en silencio tanto para los familiares como para quienes participan diariamente en las pericias que permitirán establecer la verdad en este complejo caso que impactó a la comunidad antofagastina.
Y es que la participación de terceras personas en un binomio que hasta ahora formaba la víctima (Cecilia) y su victimario (Daniel Marcelo Rojas Pool), hasta ahora no había trascendido para nada, hasta las palabras que Chahuán dedicó a la prensa en la capital de El Loa.
El fiscal indicó que «la investigación de este caso está bajo reserva para terceros ajenos a la investigación y así evitar que se frustren estas diligencias, pero ya hay una persona en estos momentos como responsable (Rojas Pool) y la investigación está para ver si puede haber otra y si puede haber otra se adoptarán los cursos que sean necesarios» subrayó Chahuán.
Sospechas de la familia
Sin embargo, esta tesis ya era considerada por la familia, según explica Marcela Julio, hermana de Cecilia, cuando pidió a los querellantes abrir esta veta y establecer diligencias que pudiesen hacer los organismos investigativos, como es el Labocar que hasta ahora sigue siendo el principal órgano a cargo de las pericias.
La profesional, que ha seguido en parte las labores desde Vallenar, indicó que esta tesis fue una sospecha desde el principio de la investigación por cuanto era posible que alguien haya ayudado a Rojas Pool tanto en el mismo homicidio, como en el ocultamiento del mismo. Una razón que suena lógica pensando que el día de su desaparición y su muerte, esta avenida es una de las más concurridas en la ciudad.
Además Marcela declaró que también pudieron asistir a Rojas en el traslado del cuerpo, que aparecería 27 días después en un alejado punto de la pampa, a unos 54 kilómetros al noroccidente de Antofagasta, cuando fue descubierta por un ex funcionario de Carabineros.
Igual, Marcela, a nombre de la familia, indicó que cualquiera de estas aristas que se investigue es siempre positiva pues, se trata de establecer toda la verdad en un caso, donde siquiera ellos han querido intervenir para evitar que las diligencias se filtren y pongan en peligro esta investigación cuyo plazo se estableció en 180 días corridos.
La idea, para Marcela, es que todo se haga antes del juicio y así evitar que se llegue al momento de enjuiciar al responsable con menos pruebas que las que se pudieron tener. Para ellos, es primordial establecer a cabalidad lo sucedido ese día y los posteriores a la desaparición de la joven para no abrir heridas que siguen haciendo sufrir a la familia Julio Bolados.
Fuente: La Estrella del Norte, Antofagasta
