Sector olivícola del Huasco fue evaluado por consultora italiana

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En una visita realizada durante una semana a las plantas de proceso de aceite de oliva de la provincia del Huasco, la especialista italiana, Ángela Canale, efectuó un diagnóstico acabado de las condiciones de extracción de las aceitunas.

La consultoría es parte de las actividades que se desarrollan en el marco del  “Programa de mejoramiento de la competitividad de los sistemas agrícolas del Valle del Huasco”, cofinanciado por distintas organizaciones gubernamentales, entre ellas, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

De acuerdo a lo señalado por la especialista, la mayor fortaleza de los productores del valle es la gran variedad de especies de olivos que hay en la zona.  Ello implica mejores posibilidades para elaborar aceites de gran calidad, al mezclar especies con distintas características organolépticas (blend), según al tipo de consumidor al cual irá orientado el producto.

Canale destacó que “la especie Sevillana es una buena base para estos aceites”.

Además, la consultora italiana instó a los olivicultores a conseguir una Denominación de Origen (DO) para el aceite del Valle del Huasco, porque “en un mundo globalizado, la fortaleza de un producto es la diferencia. No importa ser pequeño agricultor, sino tener productos de buena calidad”.

Para obtener la DO será importante que los productores se organicen para elaborar especificaciones consensuadas para la elaboración del aceite y que éstas se encuentren a  la vista del consumidor. De esa forma, el consumidor premiará esta diferencia con una mayor fidelidad al producto.

La Denominación de Origen, dijo Canale, es sinónimo de reconocimiento mundial y enriquecimiento del valor del suelo y el territorio en que se manufactura un producto.

Sistemas de cosecha

Junto con estas recomendaciones, Canale determinó que en la provincia se realizan dos sistemas de cosecha: el tradicional y uno moderno. Para optar por alguno de ellos, los olivicultores deben evaluar las  ventajas de cada uno.

La cosecha moderna apunta a una mecanización integral de la cosecha y cuyo uso permite al productor reducir costos. Sin embargo, con este sistema el agricultor no puede efectuar una cosecha en función del tipo de especie de olivo.

En tanto, la cosecha manual, si bien permite obtener un gran volumen de aceitunas, no es del todo eficiente, porque el acceso a todas las ramas del árbol es difícil mientras mayor sea su envergadura.

La especialista italiana indicó que los olivicultores tienen que darle una forma apropiada adecuada al olivo —un árbol con copas más agudas hacia las puntas—, mediante una poda que implique una mejor recolección del fruto para que las ramas superiores no cubran las de abajo.

La reducción de las ramas, indicó Canale, “no es sinónimo de pérdida, sino todo lo contrario: mejor calidad de las olivas, mejor aireación, más luz (mayor fotosíntesis) y mejor control de plagas, debido a que impide la acumulación de hongos y cochinillas sobre la hoja”.

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